La obra social más grande del país pierde $ 900 millones mensuales; tensas negociaciones con la industria.
Pese a que tiene un presupuesto de $ 120.000 millones anuales -casi equivalente a lo que recaudó el Gobierno con el blanqueo récord de capitales-, el PAMI está perdiendo este año unos $ 900 millones al mes. Con la intención de achicar el rojo, la nueva conducción a cargo de Sergio Casinotti decidió rescindir todos los contratos con sanatorios y laboratorios que hace apenas dos meses había firmado su antecesor, Carlos Regazzoni.
En la semana, el PAMI ya empezó a enviar cartas documento a laboratorios y clínicas confirmándoles la decisión, lo que generó gran revuelo en el sector. “Creemos que se pueden ajustar los costos entre un 15 y 20% sin necesidad de modificar las prestaciones”, aseguraron a LA NACION fuentes de la obra social de jubilados y pensionados. “Acá no se piensa en reducir prestaciones, todo lo contrario. Si no que lo que el servicio que se paga se dé realmente”, dijeron.
En el caso de los sanatorios, Casinotti les anticipó en una reunión esta semana que a partir de pasado mañana la idea cambiará el modelo de contratación: de pagar por servicio, PAMI comenzará a pagar un fijo por cápita, como se hizo alguna vez en el pasado. Esto se implementará en todas las provincias del país, con la excepción de Jujuy, La Pampa y toda la Patagonia.
De esta manera, el instituto de servicios sociales para jubilados y pensionados espera evitar casos de sobrefacturación. Una primera auditoría habría detectado que podría haber un 17% de ahorro -lo que equivale a unos $ 200 millones mensuales- sólo por un mejor control de los pagos a clínicas y sanatorios. En el PAMI tendrían hasta identificadas las empresas que se dedicaban a generar facturas apócrifas para abultar las cobranzas de prestadores, según se deslizó en la reunión con los representantes de sanatorios y clínicas.
El nuevo esquema de pagos fijos por cápita comenzará, explicaron, con valores de referencia para todas las clínicas. Sin embargo, se consensuó armar mesas de trabajo para ir ajustando los valores en función de cada clínica y de la realidad de la zona en la cual operan.
En el pasado, el esquema de pagos por cápita tuvo como resultado problemas de subprestación. Pero en PAMI esgrimen que la idea es acrecentar las auditorías “en el terreno”, para evitar que esto suceda. “No es como algunos dicen que vamos a pagar menos. Según los cálculos, el recorte máximo que podría estar viendo una clínica es del 15%”, dijeron cerca de Casinotti. Los pagos por cápita, además, no regirían para los tratamientos de alta complejidad, que seguirían facturándose por separado. Se mantendrá para estos casos, como es el de los tratamientos oncológicos, el sistema prestacional.
Una dura batalla
El PAMI también revisará los convenios firmados con los laboratorios para la compra mensual de medicamentos. Ocurre que, bajo el acuerdo rubricado en febrero pasado, el ente estaría gastando ya hoy $ 600 millones por mes, más de lo que tenía presupuestado. El instituto gasta el 32% de su presupuesto en la compra de remedios; la idea sería llevarlo al 25%, confiaron las fuentes.
“No se podía continuar con las mismas condiciones porque era inviable”, apuntaron desde el PAMI.
Pero en la industria la decisión no sólo los tomó por sorpresa, sino que generó gran malestar. “Hay indignación. Lo que ellos mismos firmaron en febrero ahora no lo quieren cumplir”, se lamentó el responsable de un laboratorio nacional, con la condición de no ser identificado. “Acá lo que se cree es que no están buscando bajar los precios, sino directamente terminar con la industria”, disparó.
Si bien la negociación con la industria farmacéutica apenas si comenzó (la primera reunión fue el viernes de la semana pasada), promete ser larga y difícil.
En el PAMI apuntarían no sólo a lograr una rebaja adicional de precios por parte de los laboratorios, sino que además aspiran a que la industria incorpore en el convenio un menú de marcas mucho más amplio.
“Se suele fijar un convenio marco y los laboratorios arreglan cómo es el reparto para cada uno, pero sucede que después hay medicamentos de primera línea que no están entre los de más ventas. Para lo que no son medicamentos de alto costo, como la medicación oncológica, y son ambulatorios tal vez hay 10 laboratorios distintos que los proveen”, explicaron las fuentes.
En los últimos meses, el PAMI destinó $ 3000 millones a la compra de medicamentos. El instituto estaría intentando llevar ese gasto a unos $ 2400 millones o 2500 millones al mes, poco más de lo que desembolsaba el año pasado.
El instituto ofrece descuentos de entre el 50 y hasta el 80% para sus afiliados. Y luego ofrece hasta un 100% para poco más de 1,3 millones de personas que están en situación de vulnerabilidad. El PAMI tiene más de 5 millones de afiliados entre jubilados y pensionados.