El presidente de la Sociedad de Patrones de Pesca de Mar del Plata, Luis Ignoto, habló en la 99.9 sobre la situación de las lanchas amarillas. “En los últimos años, se le han acercado al Gobierno muchas propuestas. Aparecen las promesas y nada se cumple. Estamos pagando el combustible a precio surtidor”, indicó.
El puerto marplatense aún está muy lejos de recuperarse. La preocupación de los principales actores de producción, como es la flota chica, vuelve a prender una luz de alerta. Así lo expresó esta mañana en la 99.9 Luis Ignoto, presidente de la Sociedad de Patrones de Pesca: “la mayoría de los empresarios de Mar del Plata vienen sufriendo lo mismo que todo el país. El aumento de los costos en dólares, la baja de precios a nivel internacional y el achicamiento de la brecha de rentabilidad hacen que se pierdan mercados. Por eso, los empresarios optan por invertir menos”. Luego abundó: “al no haber producción, y como la que que hay es a bajo costo, con mercados al exterior que se han cerrado, se complica mucho para las empresas. Esto es lo que le pasa al empresariado a nivel económico”.
Esta situación ya podría haberse modificado, pero los organismos que deben actuar no lo hacen. “En los últimos años se le han acercado al Gobierno muchas propuestas, pero de ahí a concretarse pasan muchas cosas. Aparecen las dilaciones y promesas que no se cumplen. Pasa el tiempo y la situación se agrava”, advirtió Ignoto.
Las pocas medidas que se han tomado no llegaron en debido tiempo y por eso no sirvieron de mucho. Ignoto explicó: “se solicitó en un momento una quita en el precio de combustibles, pero se tardó tanto en tomar una decisión que se lo comió la inflación. En las embarcaciones menores estamos pagando a precio de surtidor prácticamente. Para la flota chica eso tiene doble impacto, porque se pierde la capacidad de exploración. Antes no se tenía en cuenta el gasto de combustible, y ahora se debe pensar cada vez que se sale, lo cual baja la producción”.
A todas estas complicaciones que surgen de la inacción gubernamental se suman algunos factores climáticos ajenos a la intención de los pescadores: “hablando con el meteorólogo Luis Viera, me comentó que cuando vino por primera vez hace 22 años, los anticiclones en la zona corrían más rápidamente entre cuadrante y cuadrante. Ahora, el cambio del viento se provoca cada 12 o 24 horas, cuando antes pasaban cada 3 días. Los trastornos climáticos están agravando aún más la actividad”.
Volviendo al tema de los costos, el dirigente aclaró que “cargar el tanque de una lancha amarilla suma 600 litros de combustible; y cuando salen al mar, tienen unos 300 o 400 litros seguro. La carga cuesta 4.000 pesos. Aveces es para salir al mar a ver qué pasa”.
Mirando a grandes rasgos los problemas que históricamente ha sufrido la pesca en Argentina, Ignoto recordó que “antes, en septiembre y octubre era una fiesta el puerto, en la década del ’60 había 55 fábricas conserveras y hoy tenemos solamente 5 o 6 fábricas que tienen acaparado todo el mercado interno y una sola tiene embarcación. Eso era una mano de obra terrible que se perdió”. Y continuó: “uno de los grandes defectos de la industria nacional desde sus comienzos, es que los mayores grupos tienen lo que se denomina ’empresa integrada’: tienen todo el círculo de producción cerrado. La mentalidad es que si uno paga un flete durante todo el año, saca la cuenta de lo que gastó y se compra un camión para capitalizarse”.
Con tantos inconvenientes en el camino, parece que la flota chica del puerto tendrá muchos problemas durante los próximos meses. Y eso repercutirá directamente en la economía de la ciudad.