El analista internacional Patricio Giusto analizó en la 99.9 el avance del eje Rusia-Corea del Norte, la posición de China ante el conflicto y el impacto global de Huawei y la industria tecnológica china. “Mientras funcione su modelo económico, veo lejos un cambio en el sistema político chino”, advirtió.

En un complejo tablero geopolítico global, la creciente participación de Corea del Norte en la guerra de Ucrania junto a Rusia ha encendido alertas. El analista internacional Patricio Giusto aportó su mirada en la 99.9 sobre este nuevo escenario, el rol de China y las tensiones con Occidente.
“Desde el año pasado se ha afianzado la alianza militar entre Corea del Norte y Rusia. Esa es la gran novedad”, explicó Giusto. “Ya han mandado soldados, sobre todo al área de Kurz, aunque no les fue bien. Murieron muchos, y no están claros los datos. Lo cierto es que ahora se va a mandar un nuevo contingente norcoreano. Las amenazas de Kim Jong-un no son nuevas, pero lo que cambia es el curso de la guerra: con más involucramiento de Corea del Norte, se vuelve más temible”, apuntó.
El analista también destacó un hecho que pasó desapercibido: “Laos, un país pequeño del sudeste asiático muy cercano a China, va a mandar asesores militares. Por ahora no son combatientes, pero sería el segundo país fuera del eje tradicional de aliados rusos que se involucra. Son señales que hay que seguir de cerca”.
Sobre la posición de China, Giusto señaló: “No hay un aval explícito publicado, pero si uno observa lo que está pasando, queda claro que hay una incapacidad o una decisión de no contener a Corea del Norte, lo cual también deja mal parada la imagen internacional de China. La prioridad en política exterior para Beijing es evitar el colapso del régimen norcoreano. Sería el peor escenario, porque implicaría tropas estadounidenses y surcoreanas en la frontera. Y eso es algo que China quiere evitar a toda costa”.
Aun así, reconoce que la relación entre Pyongyang y Beijing no es cercana: “Corea del Norte hoy está más alineada con Moscú que con China. La relación entre ambos ha sido bastante fría en los últimos años, pero hay una paciencia estratégica que se está ejerciendo, porque lo otro sería peor”.
En cuanto al plano tecnológico, Giusto analizó la tensión desatada por el acuerdo de Huawei con España y los trascendidos sobre una posible reacción dura por parte de Estados Unidos: “La campaña para prohibir a Huawei empezó con Biden y continúa con Trump. Incluso Trump 2.0 viene más recargado con esto. Pero ha fracasado en términos generales. Salvo algunos aliados cercanos como Australia o Japón, la mayoría de los países han hecho prohibiciones parciales. Ahora, eso de sacar a España de la OTAN si avanza con Huawei me parece una bravuconada que va a quedar en la nada. Huawei es una empresa privada, no estatal como muchos creen, y representa uno de los mayores éxitos del sector privado chino desde fines de los 80”.
Respecto al liderazgo tecnológico, Giusto sostuvo que “la única gran ventaja estratégica que aún conserva EE.UU. es la fabricación de semiconductores, pero la brecha se está achicando. China avanza rápido y los pronósticos que decían que alcanzaría autosuficiencia en 2035 ya se adelantaron al 2030. Cuando eso ocurra, junto al control de las tierras raras, vamos a ver un cambio sustancial en la dinámica del conflicto tecnológico”.
Finalmente, destacó una transformación cultural que se está manifestando en redes sociales: “Cada vez hay más jóvenes chinos haciendo streaming en español o inglés, buscando acortar distancias con Occidente. Es un proceso bidireccional. También hay jóvenes occidentales estudiando chino mandarín. Esta semana, por ejemplo, se está haciendo el Mundial de Chino Mandarín con 135 participantes, entre ellos un argentino de La Plata”.
Sobre el prejuicio que aún persiste en algunos sectores respecto a China, Giusto fue enfático: “Los chinos se ríen cuando ven cómo los describen en algunos medios de Occidente. Ellos están orgullosos de sus servicios públicos, de la limpieza, de la infraestructura. Es impresionante ver cómo están las rutas, los jardines, el nivel de robotización. Hay cosas negativas, como en cualquier sociedad, pero muchas de esas críticas ya son mitos”.
Respecto al régimen político de partido único, reconoció que “es parte del sistema que no permite proselitismo político ni religioso, y no sabemos cuándo podría haber un cambio. Mientras el modelo económico funcione como hasta ahora, yo lo veo lejano. Pero como todo, eso también podría evolucionar”.
Con una mirada global y un análisis multidimensional, Patricio Giusto dejó en claro que el conflicto actual excede los enfrentamientos bélicos. El poder se disputa en los frentes militar, tecnológico, cultural y simbólico. Y en ese juego, China ya dejó de ser un actor de reparto.