El consultor político habló en la 99.9 sobre la reunión que mantuvieron Joe Biden y Xi Jinping y destacó que puede ser un punto de quiebre y cambio en la relación que mantenían ambos países.
La reunión que mantuvieron a través de videollamada el presidente de Estados Unidos, Joe Biden y su par de China, Xi Jinping ha sido muy productiva y el análisis de ese largo cónclave tiene distintas aristas para abordar.
El consultor político, Patricio Giusto, hizo su lectura a través de la 99.9 indicando primeramente que “es un encuentro muy importante”. Luego explicó que “si bien no se firmó nada y los temas conflictivos siguen en el mismo punto, una reunión de tres horas y media que estuvo cargada de gestos verbales y no verbales, es muy positiva. Hay signos de cooperación en temas como el cambio climático y también en lo comercial que parece que se encausa. El otro tema es la cooperación sanitaria, hubo compromiso de dejar de pelearse y cooperar en materia de vacunas y desarrollo científico”.
No fueron los únicos temas que se abordaron porque también destacó que pasaron por la agenda “lo tecnológico, militar, Taiwán fue un tema de mucha rispidez, Hong Kong, derechos humanos; pero siempre con mucho respeto que era algo que no habíamos visto. Hay un cambio que puede ser muy positivo, todo está abierto a la negociación”.
Respecto específicamente de Taiwán hay un reclamo de muchos años que está llegando a un punto clave: “la historia es larga y compleja. Lo cierto es que desde 1951, luego de la Guerra Civil, se establece la República China por parte de los nacionalistas derrotados en lo que era hasta ese momento, una dependencia de la China unificada previo a la Guerra Civil. La discusión empieza ahí. Xi Jinping dijo que no apoyará el reclamo de independencia de la isla y Biden le respondió con ambigüedad indicando que apoyan el principio de una sola China. La pregunta es cuál es esa sola China que es un tema que se discute desde el fin de la Guerra Civil”.
Desde el punto de vista social, como pasa en otros conflictos, la juventud tiene un papel relevante porque esta desatada de los viejos preceptos históricos: “sigo encuestas de que piensan los taiwanesas y está claro que el sentimiento anti Beijing está creciendo fuertemente sobre todo en los más jóvenes. Sus padres estaban ligados históricamente porque tenían parientes lejanos en la isla, pero esta generación de menores de 30 años no tienen ningún lazo con Beijing y sienten un rechazo total. Se sienten muy identificados con Taiwán e incluso se sienten distintos culturalmente a pesar de que también son chinos”.