Paul Whelan, el exmarine encarcelado en Rusia que se quedó fuera del intercambio de Biden: “No entiendo por qué sigo aquí”

En 2020, fue condenado a 16 años de cárcel.

El exmarine estadounidense Paul Whelan se ha quedado fuera del intercambio de prisioneros entre la Casa Blanca y Rusia. Estados Unidos entregó al traficante de armas ruso Viktor But, conocido como el “mercader de la muerte”. A cambio, recuperó a la jugadora de baloncesto Brittney Griner.

Whelan dijo este jueves en una entrevista con el canal CNN que está decepcionado con el Gobierno por no haber hecho más por liberarlo. “No entiendo por qué aún sigo sentado aquí”, dijo. El exmarine se alegró de la liberación de Griner, pero lamentó que no se haya hecho más para que él siga el mismo camino. “Fui detenido por un crimen que nunca ocurrió”, aseguró a la CNN.

Trabajaba como director de seguridad global

Paul Whelan, de 52 años, es un exmarine estadounidense, que también tiene la ciudadanía de Reino Unido, Canadá e Irlanda. Realizó múltiples misiones en Irak como infante de marina entre los años 1990 y 2008. También trabajó como ejecutivo de seguridad corporativa de Michigan durante más de una década.

En 2013 ejercía el cargo de director de seguridad global e investigaciones en una compañía estadounidense, donde era responsable de investigar las acusaciones de robo, fraude, acoso sexual y violencia entre los empleados. El el momento de la detención, trabajaba como director de seguridad global en una empresa de tecnología automotriz, con base en Estados Unidos.

Viajaba con regularidad a Rusia

Desde el 2007, Whelan viajaba a Rusia con regularidad por motivos de trabajo y personales. En esta ocasión, había llegado a Moscú el 22 de diciembre de 2018 hasta el 6 de enero de 2019.

Se encontraba en el país para asistir a la boda de un amigo, un excompañero del ejército, con una ciudadana rusa. Además, tenía previsto viajar a San Petersburgo durante esos días.

Una memoria USB

El 31 de diciembre de 2018 fue arrestado en Moscú y encarcelado por espionaje. Era el día de la boda. Whelan se encontraba en su habitación, en un hotel de la ciudad, cuando la policía entró en el cuarto y procedió a su detención.

En sus pantalones, hallaron una memoria USB que contenía información clasificada y secretos de Estado. El abogado de Whelan dijo que el estadounidense no conocía la existencia de ese dispositivo y alegó que la persona que lo había vestido se lo puso en el bolsillo, tal y como recoge la BBC.

Condenado a 16 años de cárcel

En 2020, se llevó a cabo un único juicio a puerta cerrada. Whelan lo calificó de “farsa”, antes de que se leyera la sentencia. “El juicio secreto, en el que no se presentó ninguna evidencia, es una violación atroz de los derechos humanos y de las normas legales internacionales”, señaló un portavoz de la embajada estadounidense en unas declaraciones recogidas por la BBC.

El estadounidense fue condenado a 16 años de prisión y se ha convertido en el foco de atención de Estados Unidos, que ha intentado organizar un intercambio de prisioneros con Rusia para liberar al exmarine. “Mis maletas están hechas. Estoy listo para irme a casa”, dijo a la CNN.

No pararán hasta lograr su libertad

Estados Unidos “no parará” hasta lograr la liberación del exmarine estadounidense Paul Whelan. Así lo prometió este jueves el secretario de Estado del país norteamericano, Antony Blinken. “Hemos hecho todas las ofertas posibles a nuestro alcance para lograr la liberación de Paul, pero no ha habido manera de traerlo a casa con Brittney”, dijo durante una rueda de prensa en Washington.

El titular de Exteriores explicó que las autoridades rusas han dado un trato diferente al caso de Whelan, acusado de espionaje, respecto al de Griner, detenida en febrero pasado por llevar aceite de cannabis en la maleta. Y con el canje de presos, el Gobierno estadounidense tuvo que elegir entre “traer a uno o a ninguno”, afirmó.

El secretario de Estado prometió que el Gobierno de Joe Biden permanece “absolutamente comprometido” con lograr la liberación de Whelan, cuyo frágil estado de salud ha sido denunciado repetidamente por sus abogados. “Estamos en contacto con su familia y seguiremos trabajando. No pararemos hasta que Paul esté en casa”, aseveró Blinken.