Tito es un vecino de la ciudad que está en silla de ruedas y sufre un problema común de muchos marplatenses: necesita hacerse una resonancia en el CEMA y recibió un turno tres meses después de haberlo pedido. Mientras tanto, como tiene fracturado el hueso rotador del hombro, sufre mucho dolor. “Estoy sufriendo como un perro. Me tengo que empastillar dos veces por semana, pero la vida no es estar empastillado todo el día”, contó esta mañana en la 99.9.
A veces se dice que todo funciona bien, pero la realidad muestra otra cosa. Mientras desde el Gobierno municipal se empecinan en remarcar que el CEMA funciona a la perfección y que no hay demoras siquiera en los turnos, a los marplatenses les toca vivir otra realidad.
Esta mañana, a través de la 99.9, brindó su testimonio Tito, que está en silla de ruedas y es testigo directo del mal funcionamiento del establecimiento: “juego al básquet hace años y me caí jugando. Según el médico, me rompí el huesito rotador del hombro”, contó en principio. Luego, abundó: “me hice todos los estudios correspondientes y el 23 de enero los médicos pidieron turno al CEMA para hacerme una resonancia. Recién me llamaron ayer para avisarme que podré hacérmela el 22 de abril”.
Todo indica que necesita una cirugía, pero es preciso realizar antes ese estudio, pero demorará exactamente tres meses: “dicen que me tienen que operar, pero tenemos que esperar la resonancia y después la junta médica. Lo que le pido al director o a alguien es que la hagamos lo antes porque de noche no puedo dormir, siento mucho dolor”.
Ante la consulta sobre la palabra de los gobernantes en relación con el funcionamiento del CEMA, señaló que “los políticos viven en otro mundo, no viven la realidad que vivimos nosotros. El político, es normal que mienta”.
Para recibir su turno, Incluso debió presionar para ver qué pasaba; de no haberlo hecho, quizás todavía estaría esperando: “llamaron porque mandé a mi señora a averiguar. Los turnos se manejan por Internet entre Serenil y el CEMA. Pero como tardaba mucho, la mandé a mi señora para que averigüe. Primero le dijeron que no estaba el turno, pero dos días después me llamaron para decirme que tenía que ir el 22 de abril”.
Mientras tanto, el dolor es cotidiano y Tito espera para ser operado, sin dejar de cumplir sus labores habituales en la esquina de Yrigoyen y Colón: “tengo que seguir así hasta el 22 y después sacar el turno en Serenil para que vean los resultados. Del 24 al 26 de abril se juega el Torneo Nacional de Básquet en Mar del Plata; lo quería jugar, pero será muy difícil”.
Lamentablemente, aún le queda por delante un mes de espera y dolor: “no puedo sufrir, estoy sufriendo como un perro. Me tengo que empastillar dos veces por semana, pero la vida no es estar empastillado todo el día. Mi pensión no llega a 2.000 pesos, sí o sí tengo que trabajar”.
En su experiencia, el CEMA no es, como dicen, súper moderno ni brinda soluciones a los marplatenses: “es un cementerio, las veces que he ido ahí no anda nadie. Toda la plata que invirtieron la hubieran puesto en el HIGA”.