Pedro Bové: “Los allanamientos confirman que el delito nunca dejó de cometerse”

El abogado querellante en la causa John Stur aseguró en la 99.9 que los operativos realizados esta semana ratifican la continuidad de maniobras ilegales de cambio y la retención de fondos de los damnificados. Cuestionó la estrategia de defensa de los imputados y afirmó: “Es el principio del fin, pero falta mucho para la sentencia”.

El abogado Pedro Bové, representante de un grupo de damnificados en la causa vinculada a la histórica casa de cambio Jonestur, analizó en la 99.9 el alcance de los allanamientos realizados en distintos puntos de Mar del Plata y aseguró que estas medidas “confirman lo que venimos denunciando: el delito nunca dejó de cometerse”.

Consultado sobre si los operativos tenían relación con sus presentaciones judiciales, Bové recordó que cuando se dictó el procesamiento —hecho que tomó estado público meses atrás— él había advertido que no se trataba del cierre de la causa, sino “el comienzo del fin”. Explicó que en investigaciones de esta magnitud, como ocurrió con la causa Cuadernos —a la que considera estrechamente ligada al caso Jonestur—, las medidas probatorias se suceden en el tiempo hasta completar el camino hacia un eventual juicio oral.

Bové detalló que en el expediente intervienen organismos como el Banco Central, la UIF y la AFIP, además de su propia acción como querellante. Remarcó que los damnificados no son un bloque homogéneo: “Algunos nunca aparecieron, otros siguen creyendo en las excusas de Rígano y su gente, y otros se cansaron de esperar y entendieron que estuvieron frente a una gran mentira”.

El abogado insistió en que la estructura delictiva se mantuvo operativa aún después de los escándalos judiciales. “Ellos siguen operando en cambio. Si hubieran querido devolver el dinero, lo habrían hecho. La excusa de que no pueden porque el dinero está retenido afuera es falsa: lo colocaron en el exterior a tasa, a través de una red de holdings panameños”, afirmó. En ese sentido recordó que en Andorra el propio Rígano confesó maniobras y recibió una multa de 43 millones de euros: “No sé de qué se siente víctima cuando fue autor”.

Sobre los imputados, Bové sostuvo que la estrategia comunicacional es siempre la misma: victimizarse. “Se presentan como damnificados cuando no lo son. En Argentina tienen un procesamiento severísimo, y lejos de haber cambiado su comportamiento, continúan la misma actividad en los mismos lugares, atendiendo al público bajo distintos nombres comerciales”, señaló.

El abogado también explicó situaciones detectadas en la causa que, a su entender, muestran la intención de ocultar bienes, como simulaciones de compra en comisión o el traspaso de propiedades a familiares. “Debemos creer que todos somos tontos para aceptar esas versiones. La gente dejó sus ahorros, sucesiones, una vida entera. No son especuladores: es gente que puede justificar su posición fiscal y que fue manipulada”, afirmó, describiendo la dinámica del delito como “macabra”.

Sobre los allanamientos, Bové destacó el secuestro de computadoras, celulares, máquinas de contar dinero y distintas divisas: “Si usted cobra facturas y dice que hace otra cosa, pero le encuentran dólares, euros y reales, es evidente que continúa la actividad. Todo confirma lo que denunciamos: el delito siguió desde el primer día en que tomaron los fondos”. Recordó también que en allanamientos anteriores se hallaron monedas de oro que nunca fueron devueltas y que no forman parte de los fondos que quedaron retenidos en Andorra.

Bové descartó de plano que la devolución prometida llegue alguna vez: “Es mentira que en enero la justicia de Andorra devuelve el dinero. Ese dinero está a nombre del holding manejado por Rígano, Ceret y Blasco. Nadie va a cobrar lo que dejó”. Y agregó que, mientras tanto, los integrantes del grupo imputado “siguen su vida normalmente, frecuentando los mismos lugares sociales y atendiendo en las mismas oficinas que dicen no ocupar”.

Finalmente, cuestionó la idea de que la querella obstruye una supuesta devolución: “Yo hablo a través del expediente. Si lo que presento es falso, puedo ser sancionado. Pero la justicia me da la razón porque las pruebas existen”. Y concluyó: “La gente confió porque el crédito es creer. Ellos ganaron mientras todo funcionaba. Pero cuando perdieron, se quedaron con el dinero. Ese delito continúa hasta hoy”.