Pergamino enciende alerta sobre riesgo de inundación en La Plata

En esa ciudad llovió en 24 horas el promedio del mes de diciembre. ¿Puede volver a pasar en La Plata? ¿Cómo está preparada la Ciudad?

La inundación que afecto a Pergamino la última semana fue la peor de los últimos 20 años. Cayeron 220 milímetros de agua en pocas horas y el desborde del arroyo del mismo nombre provocó la evacuación de más de 500 personas, un muerto y el corte de distintos tramos en cinco rutas. La inundación afectó a 11 distritos de la Provincia, entre ellos Ramallo, Colón, Arrecifes, Rojas, Salto, San Nicolás, Florentino Ameghino, General Villegas, Baradero y San Antonio de Areco. Y volvió a agitar el fantasma de las inundaciones en nuestra Ciudad y la pregunta acerca de cómo está preparada La Plata hoy para una circunstancia de este tipo.
Con el cambio climático, las lluvias intensas y concentradas en pocas horas se convierten en un fenómeno más frecuente. Y a la luz de lo sucedido en Pergamino, encienden alertas sobre el riesgo de inundación en La Plata. Sobre todo porque as características de la zona en donde se asienta Pergamino son más favorables a la absorción de las aguas que nuestra Ciudad.
“Uno de los efectos del cambio climático en la Región es el de hacer más frecuentes las lluvias intensas y concentradas en un corto lapso de tiempo. Ninguna ciudad está exenta de recibir una lluvia así”, dice Horacio De Beláustegui, presidente de la platense Fundación BIosfera, que es veedora de las cumbres mundiales de cambio climático en representación de la sociedad civil.
En este marco se instala la pregunta mencionada: ¿cómo está preparada hoy la Ciudad para un evento climático de estas características?
Entre las respuestas se encuentran opiniones encontradas: hay quienes entienden que la ciudad cuenta hoy -a deferencia de la última gran inundación en abril de 2013- con aceitados sistemas de monitoreo de las variables climatológicas y planes de contingencia para actuar ante cualquier lluvia que supere la capacidad de respuesta de los sistemas de desagüe.
Pero también están quienes creen que estas medidas son insuficientes y que falta un elemento que se considera crucial en el marco de el cambio climático: los planes de reisiliencia que otorguen a la comunidad elementos para adaptarse a la probabilidad de tormentas más intensas y concentradas tanto antes como después de que estas se registren.
Por otra parte, también representa un motivo de preocupación el ritmo al que avanzan las obras hidráulicas que se están realizando en la Región. Un ritmo mucho menor al previsto originalmente (ver aparte).
Para Mauricio Saldívar, titular de la Agencia Hidrometeorológica de la Ciudad de La Plata hay que tener en cuenta que en la inundación de Pergamino pesar distintos factores.
“Hubo una cantidad muy concentrada de lluvias en pocas horas, pero también la mayoría de los inundados se vieron afectados por el desborde del arroyo Pergamino”, explica que derivó de la llegada de aguas de otros sectores de esa cuenca.
Según Saldívar, si bien la cantidad de agua caída durante una tormenta es importante, lo que va a definir los efectos que tenga sobre una ciudad va a ser el modo en que esas lluvias se distribuyan en el tiempo.
“El sistema de drenaje de una ciudad está diseñado para lluvias de una intensidad normal. Así, si lo que llueve es alrededor de entre 30 y 50 milímetros por hora, la red de desagüe resiste esa cantidad de aguas sin problemas”, explica y agrega que, “si las lluvias superan por poco esa marca, el excedente se empieza a acumular en el cordón de la vereda”.
Si esas lluvias, de alrededor de 30 milímetro por hora se mantienen durante más de cuatro horas el agua acumulada puede ocasionar problemas en zonas bajas e inundables y en la vera de los arroyos.
“Cuando el nivel de concentración de la lluvia es de entre 30 y 60 milímetros por hora los problemas que pueden ocasiones son más significativos. Los mismo cuando estamos frente a un evento extraordinario, en el que llueve más de 150 milímetros en 48 horas, Pero en estos casos, los efectos van a depender de la forma en que estas lluvias se distribuyan en el tiempo”, dice Saldívar.
El titular de la Agencia indica que actualmente la Ciudad está mucho más preparada para este tipo de situaciones que en 2013.
Habla en ese sentido de la existencia de protocolos de actuación ante la emergencia, pero también de un sistema de monitoreo preventivo que aporta los datos para estar preparados ante cualquier contingencia,
“La Plata puede tener anualmente entre 1 y 3 eventos extraordinarios, en que la cantidad de agua caída se concentra en poco tiempo y supera a las redes de drenaje. Durante 2016, por caso, tuvimos dos, sin que se produjeran daños considerables”, indica.
Después destaca que la prevención se trabaja en base a pronósticos de los que se dispone con diez días de anticipación. A partir de estos pronósticos específicos y cada vez más precisos se logró reducir el nivel de falsas alertas en un 80%, sostiene.
A esto se suman los datos que se obtienen a través de 6 sensores meteorológicos ubicados en distintos puntos de la Ciudad y 10 ubicados en los arroyos El Gato (3) Pérez (2), Maldonado, Rodríguez, Carnaval, Martín y Segundo (1) y de las estaciones meteorológicas de Villa Elisa, Vila Elvira, La República de los Niños, Los Hornos y Melchor Romero a las que en 2017 se sumarán 10 más.
“Si las lluvias superan la capacidad de respuesta de los sistemas de drenaje, se disparan protocolos para las dos áreas que puede resultar afectadas: las zonas bajas y la vera de los arroyos. Esos protocolos implican un plan de acción del que participa un Comité de Emergencia Municipal que integran Defensa Civil y las áreas de servicios públicos, sociales, sanitarias y de hidráulica y las delegaciones municipales”, describe.