La Organización Mundial de la Salud sometió a consulta pública unas recomendaciones para reducir el consumo de azúcar, lo que fue interpretado como una señal de que podría ser “el nuevo tabaco”. En América Latina crece el consumo, y en algunos países ya se tomaron medidas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha sometido a consulta pública unas recomendaciones para reducir el consumo de azúcar que ya han sido interpretadas en algunos sectores como una señal de que ese alimento podría ser “el nuevo tabaco”.
En América Latina, donde un 23% de la población es obeso y un 38 en aumento (se prevé que los casos crezcan casi un 60% en Centro y Sudamérica de aquí a 2035), hay muchos países que han tomado ya medidas en pro de una alimentación más saludable.
La OMS aconseja que el consumo de azúcares libres o agregados (distintos a los que contienen naturalmente frutas y verduras) no supere el 10% (50 gramos) de la ingesta calórica total diaria.
Reducir el consumo
Pero, además, ha sugerido reducir el consumo a una proporción menor al 5% con el fin de obtener beneficios adicionales.
El 5% equivale a unos 25 gramos (seis cucharadas de café aproximadamente) de azúcar al día para un adulto, lo que significa que quien ingiere una porción de torta, un helado o un vaso de gaseosa llega o incluso sobrepasa el límite.
Las directrices de la OMS tienen por objetivo orientar a los países sobre cómo reducir problemas de salud pública. Concretamente en el caso del azúcar apuntan a la obesidad y la caries dental.
Las restricciones que rigen en la mayoría de los países para el consumo y la publicidad del tabaco y en menor medida del alcohol, que van acompañadas de un aumento de la fiscalidad de esos productos, están basadas en recomendaciones de la OMS.
La OMS está “preocupada” porque el aumento del consumo de azúcares, “particularmente en forma de bebidas endulzadas con azúcar”, puede derivar en “una dieta insalubre, aumento de peso y mayor riesgo de padecer enfermedades no transmisibles”, además de incidir en el desarrollo de enfermedades dentales como la caries.
Hasta ahora las grandes compañías de refrescos no han manifestado su posición oficial, pues están a la espera de que finalice el periodo de consultas públicas, pero sí lo han hecho, a favor de las pautas de la OMS, organizaciones no gubernamentales como Action on Sugar.
Sin embargo, hay expertos en alimentación, como la argentina Susana Socolovsky, que señalan que no está científicamente probado que el azúcar contribuya “per se” a la obesidad o la diabetes y señalan que no es el único alimento que contribuye a la formación de caries, enfermedad que tiene mucho que ver con la higiene bucal.
“La palabra mágica es moderación”, dijo Socolovsky, vicepresidenta de la Asociación Argentina de Tecnólogos de la Alimentación, respecto al consumo de azúcar y de otros alimentos.
La especialista argentina está convencida de que la sugerencia de reducir al 5% la ingesta de azúcares no prosperará y cree que falta mucho camino por recorrer para que las recomendaciones de la OMS sobre el azúcar den lugar a regulaciones alimentarias obligatorias.
Por ahora las dos únicas recomendaciones de la OMS que han llegado al Codex Alimentarius, por el que se rigen 198 países, tienen que ver con el consumo de grasas saturadas y de sodio, señaló.
La industria afirma que se están exagerando los supuestos perjuicios del azúcar y la sal y que otros factores, como el estilo de vida sedentario, son un factor importante para que las personas desarrollen problemas de sobrepeso y enfermedades.