Poco espacio, poca ayuda, poca comida barata: los pobres en Alemania se ven especialmente afectados por la crisis del coronavirus. Pero también reciben apoyo, por ejemplo, en Berlin-Hellersdorf.
Nicole Becker se las arregla para salir un rato a pasear con sus cinco hijos por los alrededores y salir de su piso de 70 metros cuadrados. Los jardines de infancia y escuelas en Alemania cerraron debido a la crisis del coronavirus. Su apartamento “es bastante pequeño: cuatro habitaciones con cinco hijos. Es agotador y también muy ruidoso. Está claro, con tantos niños. Se mueven mucho y también discuten con frecuencia”, afirma esta mujer de 32 años.
Becker se quedó sin trabajo desde el nacimiento de su primer hijo, hace 12 años. Hace uno se separó de su marido, quien no paga por la manutención de sus hijos. Su situación financiera es difícil, pero ahora con la crisis del coronavirus es aún más complicada. “Antes, los cinco almorzaban gratis en la escuela y en el kínder. Ahora tengo que cocinar una comida más al día”, explica. Sobre todo, los alimentos baratos son ahora más difíciles de conseguir, porque la gente compra en exceso. Por esta razón gasta alrededor de 500 euros más en el supermercado. Mucho dinero si solo tiene un total de 1.800 euros al mes. Pronto tendrá que echar manos de sus reservas.
Dos millones de niños en hogares con Hartz IV
En Alemania hay cientos de miles de familias en la misma situación que Nicole Becker. Casi dos millones de niños viven en un hogar con Hartz IV, la prestación que se concede en Alemania a personas y familias sin suficientes ingresos. La crisis actual los ha golpeado con especial dureza, explica Ulrich Schneider, de la Asociación de Bienestar de Paridad: “En este momento las comidas en las escuelas están completamente canceladas. Esto era algo importante para las familias pobres”.
Su asociación exige, para esas familias, un pago adicional de 100 euros al mes de la tarifa estándar de Hartz IV y un desembolso único de 200 euros. Los diputados alemanes Pascal Kober (FDP) y Katja Kipping (La Izquierda) también han hecho campaña recientemente para que se aumente la cantidad de dinero transferida. Además, el suministro de alimentos en los bancos de alimentos a gente sin techo o sin dinero ya no es posible en muchas partes de Alemania. “La mitad de los 900 bancos de alimentos en Alemania ya han dejado de funcionar”, agregó Ulrich Schneider.
Otras organizaciones sin fines de lucro como “Arche” también tuvieron que cerrar sus puertas. La organización de bienestar juvenil cuida a niños, ofrece ayuda con el aprendizaje y comidas gratuitas en varias ciudades alemanas. Los cinco hijos de Nicole Becker pertenecen a los 400 niños que reciben ayuda en Berlín-Hellersdorf. Pero a pesar del coronavirus, el fundador de “Arche” quiere que la ayuda continúe”. “Si la gente ya no puede venir a nosotros, simplemente iremos a ellos”, dice Bernd Siggelkow, mientras levanta una pesada caja de comida. Él y su equipo han estado proporcionando alimentos hasta a 40 familias por día desde que sus instalaciones tuvieron que cerrar. Se trata de 1.300 familias en toda Alemania.
Violencia doméstica, el riesgo aumenta
Pero Siggelkow y su equipo no solo distribuyen alimentos, sino también juguetes. Contra el aburrimiento y el confinamiento, porque el riesgo de violencia doméstica es particularmente alto: “Muchas de las familias viven con sus hijos en un espacio angosto”. Para evitar esto, visitan hasta dos veces por semana a las familias, las escuchan, quieren dar esperanza y organizan ayudas de aprendizaje en línea para facilitar la educación en el hogar para los padres”.
Hoy están en casa de Nicole Becker. Además de 20 kilos de comida, su hija Alina acepta felizmente una muñeca. La madre tiene que evitar que los niños abracen a sus cuidadores habituales. Ahora, no está permitido por el coronavirus. La madre está visiblemente aliviada por el apoyo que recibe.