Lejos del boom pronosticado, casi 570 mil personas hicieron pedidos al exterior. En promedio se hacen 2,3 al año por US$ 45 cada uno. Y un tercio de los paquetes es devuelto a su origen.
El nuevo sistema para comprar productos en tiendas electrónicas del exterior y recibirlos por correo, conocido como “puerta a puerta”, cumple este sábado su primer año lejos del auge que se le pronosticaba. Frente a un trámite más difícil y costoso de lo imaginado, al final pocos lo usaron: 1 de cada 20 compradores online. Y un tercio de las operaciones quedaron truncas.
Desde que el 26 de agosto de 2016 el Gobierno rehabilitó la modalidad, tras casi tres años de “cepo”, 567.000 personas usaron la modalidad. Lo hicieron para traer un promedio 2,3 productos cada uno a valores que rondaron los US$ 45,20 por artículo, según datos de la Aduana que obtuvo Clarín.
Si se considera que, para la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE), al menos 11,2 millones de argentinos ya suelen comprar por Internet, sólo 5% de ellos encargó afuera. Y apenas un 3% de los 17,8 millones que alguna vez usaron tiendas virtuales.
Al Correo Argentino, que canaliza la mayoría de las compras, en el primer año llegaron casi 5.300 paquetes por día. En contraste, a fines de 2013 procesaban 20.000 pequeños envíos diarios. Eso fue poco antes de que el kirchnerismo limitara estas compras a dos por año y quitara el envío a domicilio. El flujo de entonces se redujo a un cuarto. Pero además, un 33% de las compras fueron devueltas al país de origen porque la gente “no completó los trámites”. “Esa devolución tiene un costo”, destacó la empresa, que usa 1.500 vehículos para los repartos.
En la CACE destacan que las 1.328.000 compras en webs extranjeras no llegan a ser ni el 3% de las 47 millones que procesan al año las tiendas virtuales nacionales. “La facturación de los sitios locales siguió creciendo este año a un ritmo mayor al 50% anual”, explicó Gustavo Sambucetti, presidente de la entidad.
La Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME) había alertado hace un año que el “puerta a puerta”, con precios hasta 67% menores que los locales, sería muy “perjudicial” para la industria y el comercio local. “Por suerte, nos equivocamos -admitió Pedro Cascales, el secretario de Prensa-. No se volvió masivo y la gente suele usarlo para traer artículos que acá no se venden.” A la entidad, explicó, hoy le preocupan mucho más los viajes de shopping a Chile, donde los argentinos ya gastan “más de US$ 800 millones anuales”, frente a sólo US$ 60 millones que -según AFIP- sumaron las compras online al exterior por correo oficial.
Los analistas interpretan que la modalidad no prosperó porque la gente encontró un trámite online más difícil y costoso de lo esperado al comprar por el correo oficial, que entrega productos de hasta dos kilos y 200 dólares. La gestión exige, además de una tarjeta de crédito internacional, tener clave fiscal nivel 3, recibir un telegrama, llenar una declaración jurada online compleja y generar allí un volante de pago (VEP) para abonar, también por Internet, un impuesto por el 50% del valor. Además hay un cargo fijo para el Correo que arrancó bonificado, pero ahora es de $ 120. Todo esto en una interfaz poco amigable que -dicen en la AFIP- será pronto mejorada.
A todo eso se suma, en favor de las tiendas locales, una demora de dos meses en los repartos, la ausencia de cuotas, la ausencia de garantías y que grandes tiendas de Estados Unidos aún no envían a Argentina.
“El puerta a puerta se veía como una amenaza para la producción local, pero las experiencias de los consumidores no fueron las esperadas. Los trámites resultaron complejos y muchos paquetes se devolvieron por no cumplir los requisitos. Todo eso fue desalentando a los potenciales compradores”, analizó Damián Di Pace, director de la consultora Focus Market.
Dicen además en la Aduana que en 784.000 compras (59% del total) la gente no ingresó al sistema para confirmar la recepción del pedido. Hasta no hacerlo, no pueden recibir ningún producto más.
Como alternativa al correo oficial, algunos vendedores extranjeros ofrecen elegir distribuidores “courier” como DHL, UPS, FedEx, TNT o Fast Track. En estos casos la empresa hace todas las gestiones, la entrega es más veloz (a veces, menos de una semana) y se pueden realizar hasta cinco compras anuales de hasta mil dólares y 50 kilos cada una. Pero los costos, lejos del famoso “free shipping”, son más altos.
Leandro Florio, gerente comercial de DHL Express Argentina, contó que en este año los pequeños envíos les crecieron “un 50%, con un alza importante en los últimos tres meses”. Según precisó, casi 80% de esas compras van a Capital y el Conurbano, provenientes en general de Estados Unidos, Italia, Alemania, España, Inglaterra y China. Ropa, calzado, tecnología y accesorios para celulares -detalló- fueron lo más encargado.