El ex secretario Juan Garade alertó que habrá cortes de suministro en la industria debido a la falta de divisas y los altos precios del petróleo y el gas.
En medio de la crisis energética que golpea al mundo a raíz del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, el ex secretario de Energía Eléctrica y Renovables, Juan Garade alertó que habrá cortes de suministro en el sector industrial debido a la falta de divisas y los altos precios del petróleo y el gas.
“Sin lugar a dudas va a haber cortes en el sector industrial. La generación de energía no va a ser suficiente durante este año básicamente por la importación de GNL y combustibles líquidos para la generación”, sostuvo el ex funcionario de Cambiemos.
En diálogo con Radio Rivadavia, el ex integrante de la Secretaría de Gobierno de Energía explicó que “no hay divisas y los precios de las tarifas tampoco están como para poder importar esa energía”.
“Éstos son los problemas que vienen dados cuando se intenta regular de manera artificial un sector, donde se intentan subsidiar, congelar los precios”, señaló Garade, quien remarcó que “mientras se siga con este tema de subsidios va a ser muy difícil que estas cosas no sucedan”. E insistió: “La desconfianza que genera a nivel mundial hace que entremos en una situación de faltantes en el invierno”.
“Antes de 2002 las tarifas eran plenas. En estos años se han pagado 150 mil millones de dólares de subsidios: es casi el 50% de la deuda externa argentina. Si no hubiéramos habido subsidios, hoy tendríamos la mitad de deuda, no tendríamos la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI)”, concluyó.
Días atrás, el secretario de Energía, Darío Martínez, había advertido que el Ministerio de Economía redujo considerablemente el presupuesto de su área y, en consecuencia, no contaba con recursos suficientes para pagar el gas importado.
Cortes programados de energía para la industria por falta de divisa
En este contexto crítico, ya se avizora que el Gobierno deberá racionar el suministro eléctrico mediante cortes de luz programados a las industrias.
Un factor clave en la crisis actual es la fuerte disparada que tuvo el precio internacional del gas natural licuado (GNL), a partir del cual se genera alrededor del 60% de la energía en la Argentina.
La dependencia del GNL que el país importa, hace que el Gobierno deba emplear muchos más dólares que en años anteriores para adquirirlo. Justo en un momento en el que la escasez de dólares implica un problema sabido para toda la economía.
El año pasado las autoridades energéticas destinaron unos u$s1.100 millones para hacer frente al pago de las importaciones de GNL. Para este año, las proyecciones de lo que habrá que desembolsar por los cargamentos de ese combustible oscilan entre los u$s4.500 y u$s6.500 millones.
De hecho, las importaciones energéticas crecerán tanto en precio como en cantidad. Este año, Argentina deberá importar 70 barcos de GNL, en comparación con los 52 del 2021.
¿Faltarán dólares para pagar el gas?
Tal como anticipó iProfesional, por medio de la empresa estatal IEASA, la administración de Alberto Fernández llamó a licitación para adquirir seis barcos de GNL para la terminal regasificadora de Escobar y otros tres cargamentos para la planta de Bahía Blanca que se deberán entregar a partir de mediados de mayo.
Un problema no menor que plantean las compras externas de GNL es la necesidad de contar en tiempo y forma con los dólares que debe proveer el Banco Central para hacer frente a los pagos previos de los cargamentos que arriben a Bahía Blanca y Escobar. ¿Estarán las divisas? Se espera que sí, pero el resto del año supondrá un esfuerzo mayúsculo.
Durante el período invernal, cuando se registren los picos de consumo residencial, IEASA va a requerir entre u$s1.500 y u$s1.800 millones mensuales y cualquier demora en la descarga de los barcos implicará un sobrecosto marítimo y portuario superior a los u$s60.000 diarios.
A medidos de enero y cuando aún no se había producido la invasión de Rusia a Ucrania; la conducción de IEASA piloteada por el camporista Agustín Geréz buscó sondear el mercado con la compra testigo de un cargamento de GNL para la terminal de Escobar por el cual debió pagar un valor récord casi tres veces más elevado que el promedio de 2021 y 15% por encima del precio de referencia que se barajaba en esos días.
Esa única carga terminó en manos de la trader Vitol por un precio de u$s27,24 por millón de BTU (MBTU), muy lejos de los u$s8 por MBTU promedio de 2021 y 3,52 dólares más cara que el promedio de u$s23,72 por MBTU que la Secretaría de Energía había calculado pagar por ese suministro.
Para las nueve cargas de mayo que están en juego ahora, los funcionarios de Energía estiman que el precio no bajará de los u$s35 por MBTU. En cambio, analistas privados no descartan que el piso de esas cargas oscile entre los u$s40 y 45 por MBTU debido la inestabilidad económica que se registra a nivel mundial tras la sangrienta ocupación rusa del territorio ucraniano.
Temor por cortes a las empresas
En el empresariado doméstico comenzaron a multiplicarse los temores de que en los meses de frío ocurran cortes programados y es una posibilidad que se evalúa en los despachos oficiales.
En diálogo con iProfesional, un ex secretario de Energía de la Nación, señaló que se avecina una crisis energética de alcance prácticamente global.
“Argentina no tiene más opciones que prepararse para un escenario de cortes establecidos o, en todo caso, discutir esta situación con el FMI para disponer de más divisas pensando en la seguridad energética. La primera alternativa reúne más posibilidades de imponerse, pero la economía pagará el costo y se complicará el crecimiento”, afirmó.
¿Qué ocurre con el gas que se extrae en Vaca Muerta? “El freno en las obras de infraestructura para trasladar lo que se produce o podría extraer en la cuenca hace que aún no se puede aprovechar en términos de abastecimiento interno. Es insólito porque las fuentes están, pero Argentina sigue sin desarrollar tendidos de gasoductos que permitan distribuir ese gas. Por eso continúan tan arriba la importación”, dijo el ex funcionario interpelado.
Incertidumbre por los envíos de gas
Un aspecto novedoso que se viene verificando en la comercialización internacional del GNL y que podría generarle un fuerte dolor de cabeza al Gobierno es el redireccionamiento de las cargas que algunos proveedores deciden sobre la hora para ganar más dinero con cada uno de los barcos destinados a las plantas regasificadoras.
Las comercializadoras de commodities y combustibles optan por pagar las multas previstos en los contratos de provisión firmados antes de la invasión rusa a Ucrania para desviar las cargas a otros destinos donde facturan el GNL hasta 6 veces más caro.
Un caso resonante de estas características se registró la semana pasada cuando Eni y Gunvor no pudieron cumplir con las entregas de GNL que tenían pactadas con Pakistán. La suiza Trafigura—que era la encargada de proveer el combustible para tres barcos—resolvió, previo pago de las penalidades estipuladas en el contrato original, cambiar el rumbo de las cargas para obtener una mayor ganancia con la venta del combustible en el mercado spot europeo.