Investigadores de la Facultad de Agronomía de la UBA crearon un embrión de chita, el más veloz de los felinos.
La chita es el animal felino más veloz del mundo. Puede cazar gacelas, liebres, antílopes pequeños, ñandúes y cebras juveniles. Pero también es cazada por seres humanos que buscan su piel, y ahora sus poblaciones que habitaban en las estepas y sabanas en África y Medio Oriente, hasta la India, están amenazadas. Para mejorar su estado de conservación, científicos de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires estudiaron la reproducción, y por primera vez en el mundo lograron un embrión por clonación.
A principio de la década pasada, hubo científicos de la India, que tenían un plan para clonar chitas asiáticas. Sin embargo, el objetivo no pudo alcanzarse. Ahora, el clon -al menos en el estadio de embrión- fue conseguido por el grupo del veterinario Daniel Salamone con la licenciada en biotecnología Lucía Moro. Lo hicieron en el marco de un proyecto sobre la reproducción de especies amenazadas, y utiliza a la clonación para aumentar sus poblaciones.
Según contaron a Clarín, los investigadores argentinos realizaron muchos intentos y probaron diferentes caminos para llegar a conseguir el embrión clon, que se desarrolló hasta el estadio de blastocisto por 7 días. El trabajo empezó a partir de muestras de células de la piel de un ejemplar de chita que se encuentra en el Zoológico de Buenos Aires. Las células fueron colectadas por Adrián Sestelo y luego conservadas en frío.
Luego, el operativo de la clonación de chita (que también se conoce como guepardo) siguió en el laboratorio que dirige el doctor Salamone en la Facultad de Agronomía, en Capital. Allí, fusionaron las células de la piel de chita con los óvulos de gatas domésticas, cuyos núcleos habían sido removidos y no tenían zona pelúcida. Hicieron varios intentos de fusión, y obtuvieron embriones clones. Luego, tomaron dos embriones clones y los sometieron a un proceso que llaman “agregación”. De esta manera, se desarrolló un embrión en el estadio de blastocisto, hasta los 7 días, según Moro. Publicaron los resultados en la revista especializada Reproduction. En la investigación, también participaron María Inés Hiriart, Javier Jarazo y Carla Buemo, y científicos de Chile.
Los científicos frenaron el desarrollo del embrión, que no llegó a nacer. “Habíamos firmado un acuerdo con el Zoológico, que sigue los estándares del código de ética de la Asociación Latinoamericana de Parques Zoológicos y Acuarios, y sólo estábamos autorizados para trabajar con embriones”, explicó Salamone. ¿Para qué sirve la clonación de chita? “Lo trascendente es que se chequeó la viabilidad del banco de células del Zoológico porteño: podrían llegar a conseguirse descendientes de chitas en el futuro. También existe la posibilidad de que la clonación pueda ser útil para curar enfermedades de chitas por la derivación de células madres”, respondió Salamone.
Al ser consultada por Clarín, Patricia Saragüeta, investigadora en reproducción del Instituto de Biología y Medicina Experimental del Conicet, afirmó “El punto positivo del trabajo publicado en Reproduction es que los investigadores desarrollaron un modelo que permitirá conocer el desarrollo embrionario temprano de la chita. Consiguieron hacer una reprogramación inicial de las células somáticas de ese felino para dar lugar a un embrión”.
Desde hace más de 15 años, en otros países se intentó también clonar animales en peligro. En los Estados Unidos, se clonó en 2001 un gaur, un bovino salvaje de la India y Nepal, y en 2009 se intentó “resucitar” al bucardo, un tipo de cabra montés que se extinguió en España. Hace un año, se logró clonar al muflón salvaje, una especie pariente de la oveja. La copia se obtuvo en Irán.