La temperatura registra más de dos grados por encima del punto de congelación. Científicos advierten sobre las consecuencias que puede tener en el nivel del mar.
Científicos registraron por primera vez la presencia de agua tibia en un punto vital debajo del glaciar Thwaites en la Antártida, particularmente sensible a los cambios climáticos y oceánicos. Especialistas advierten sobre las consecuencias que puede tener este fenómeno.
El descubrimiento, según la agencia DPA, se realizó en la zona terrestre del glaciar, el lugar en el que el hielo hace la transición entre descansar completamente sobre el lecho de roca y flotar en el océano como plataforma de hielo, zona clave para evaluar la tasa general de retirada de un glaciar.
Estas aguas registran más de dos grados por encima del punto de congelación, fluyen debajo del glaciar Thwaites -del tamaño de Gran Bretaña- que es parte de la capa de hielo antártica occidental.
“Las aguas cálidas en esta parte del mundo deberían servirnos como una advertencia sobre los posibles cambios terribles en el planeta provocados por el cambio climático”, explicó David Holland, director del Laboratorio de Dinámica de Fluidos Ambientales de la New York University.
“Si estas aguas están causando el derretimiento de los glaciares en la Antártida, los cambios resultantes en el nivel del mar se sentirán en las partes más habitadas del mundo”, advirtió.
De tal forma, la desaparición del glaciar Thwaites puede tener un impacto significativo a nivel mundial porque drenaría una masa de agua que es aproximadamente del tamaño de Gran Bretaña y representaría, aproximadamente, el 4% del aumento global del nivel del mar. Algunos científicos creen que su colapso puede elevar el nivel del mar en casi un metro.
“El hecho de que nuestro equipo haya registrado agua tibia en una sección de la zona de puesta a tierra de Thwaites, donde hemos sabido que el glaciar se está derritiendo, sugiere que podría estar experimentando un retroceso imparable que tiene enormes implicancias para el aumento global del nivel del mar”, señaló Holland.
Las mediciones se realizaron a principios de enero, después de crear un orificio de acceso de 600 metros de profundidad y 35 centímetros de ancho y desplegó un dispositivo de detección del océano para medir las aguas que se mueven debajo del glaciar.