“Argentina enfrenta un éxodo creciente de multinacionales que han concluido que hacer negocios en la tercera economía más grande de América Latina es demasiado complicado y poco rentable, incluso sin tener en cuenta la pandemia de coronavirus”, comienza un artículo que publicó ayer la agencia de noticias financieras Bloomberg, en referencia a las firmas que anunciaron en los últimos meses que dejan de operar en el país.
De acuerdo con la nota, compañías extranjeras, desde líneas hasta fabricantes de autopartes o laboratorios, están subiendo las apuestas ante un tercer año consecutivo de recesión y “un nuevo gobierno antiempresarial”, más allá de otras características del país como “sindicatos laborales poderosos, políticas volátiles, controles de precios y divisas, y otras formas de intervencionismo”.
El primer caso que mencionan es el de Latam que, en una carta al Ministerio de Trabajo, se quejó de que los costos fueran un 41% más altos y la productividad de la tripulación, un 30% más baja que en cualquiera de los otros 26 mercados en los que operan. “Los conflictos constantes en una operación plagada de huelgas causaron pérdidas significativas”, dijeron.
En segundo lugar, el artículo hace referencia a los anuncios del gigante de recubrimientos de automóviles respaldado por Warren Buffett, Axalta Coating Systems, la compañía de pintura alemana BASF y el fabricante francés de autopartes Saint-Gobain Sekurit, que comunicaron en las últimas semanas que tienen la intención de trasladar la producción a Brasil, a pesar de que el brote del virus allá es mucho peor.
Por otro lado, citan los casos de Honda, que dejó de fabricar autos en mayo, aunque continúa haciendo motos; American Airlines y Delta, que dejaron de lado algunas rutas hacia el país; o la mexicana Alsea, que opera franquicias de comida rápida y confirmó hace meses el cierre de algunos locales de Starbucks y Burger King.
Por último, señalan que otras grandes empresas dejan de lado proyectos de inversión como Volkswagen y Ford, que cancelaron sus planes de fabricar camionetas en el país.
“Si bien el futuro pospandémico es incierto para la mayoría de los países, la perspectiva para la Argentina, que se ubica en el puesto 139 de 141 países en una clasificación de estabilidad económica compilada por el Foro Económico Mundial, es una de las más precarias. Un entorno operativo ya desafiante se ha vuelto aún más desde que el presidente Alberto Fernández asumió el cargo en diciembre. Su administración restringió aún más el acceso a dólares, aumentó los impuestos y prohibió los despidos”, describe el artículo, y agrega que la falta de acuerdo por la deuda y la movida para expropiar Vicentin tampoco hicieron ganar la simpatía de los inversores extranjeros.
“Los cierres o la transferencia de operaciones en otros lugares no tienen nada que ver con la pandemia”, dice Andrés Borenstein, economista de la consultora EconViews consultado por el medio, quien agrega que Argentina “perdió credibilidad después de años de recesión e incumplimiento. Este gobierno no ha demostrado ser muy favorable al mercado”.
“Para muchas empresas privadas de capital, la pandemia es la gota que colma el vaso”, cierra el artículo que cita a Jimena Blanco, directora de investigación de América Latina en la consultora Verisk Maplecroft:“Esperaría que más empleadores privados y empresas independientes se retiren en los próximos meses”.