La psicóloga Laura Moratalla explica el efecto que causa en la mente conocer el relato de personas que pasaron por un problema de salud mental y lo superaron.
Historias como la de Simone Biles no solo inspiran sino que también enriquecen. La épica gimnasta que mostró su fragilidad y su fortaleza hablando de salud mental en los JJOO de Tokio y acaba de recuperar su trono olímpico en París 2024, ha hecho que muchas personas se hayan abierto a nuevas posibilidades emocionales. Y eso se debe, según explica la psicóloga Laura Moratalla, al efecto que provoca en la psique la escucha o la lectura activa de las historias en las que alguien ha pasado por una dificultad y ha encontrado una manera de superarla.
Cuando una persona está atravesando una situación problemática puede suceder que su mente se quede bloqueada o bien en el problema en sí o bien en la búsqueda de las razones por las que se ha producido. Y ese bloqueo hace que resulte complicado encontrar una solución o incluso, como apunta la psicóloga, eso de «quedarse en el bucle de darle una y mil vueltas al asunto» puede llevar a que ese problema que afecta a un área determinada acabe contamienando al resto de los ámbitos. «¿Cuántas veces tienes una dificultad laboral y al llegar a casa terminas hablando mal a un familiar? ¿Cómo han afectado a tus relaciones familiares y amistades las malas rachas con tu pareja? ¿De qué manera ha llegado a apagar tus ilusiones el efecto de la rutina?», plantea Moratalla. Según aclara, la mente se enfoca inconscientemente en rumiar aquello que le preocupa en lugar de atender a las posibles soluciones. Y eso se debe a ese bloqueo que produce el malestar que se está viviendo. Podría decirse que es la pescadilla que se muerde la cola.
En estas situaciones lo habitual es que sienta rechazo ante ciertos comentarios o consejos del entorno, pues lo que suele la persona “bloqueada” es más comprensión que búsqueda de soluciones por parte de esas personas que, aunque sean cercanas, no las suele ver como las más adecuadas para acompañarles en ese momento de su vida y a ese nivel. «Sin embargo, cuando se escuchan o se leen historias de superación de personas desconocidas, ajenas a nuestra vida, si que solemos involucrarnos más en esa escucha, puesto que lo que nos llega de ellos no hace que cuestionemos su capacidad ni sus acciones, como nos sucede con los conocidos, cuyas debilidades conocemos más y con los tal vez nos puede resultar más difícil depositar la confianza», argumenta Moratalla.
También es importante señalar, según añade la psicóloga, que cuando escuchamos historias de otras personas que nos emocionan nuestro cerebro libera ciertas sustancias, entre las que se encuentra la oxitocina, la cual se genera cuando nos identificamos con la persona que la relata. Y gracias a esta hormona, que también funciona como neurotransmisor, sentimos empatía, aumenta el vínculo emocional y, con ello, el compromiso hacia esa acción o hacia esa actitud escuchada.
Además, escuchar estas historias nos hace darnos cuenta de la existencia de distintas perspectivas, distintas formas de pensamiento, distintas personalidades, distintos modos de afrontamiento y/o contextos y, en definitiva, nos hace darnos cuenta de que no hay una única realidad y forma de hacer las cosas, sino que hay una variedad tan amplia como personas existen en el mundo, ya que, aunque es cierto, que tenemos muchas cosas en común, cada uno va moldeando una forma de vida distinta. «Esto hace que el mensaje que recibamos a raíz de estas historias puede llevar implícito otro modo de afrontamiento que quizá no se nos hubiera ocurrido partiendo únicamente de lo que conocemos a raíz de nuestra propia experiencia», revela.
Precisamente en su libro ‘Storytime de Terapia’ (Historias reales y herramientas prácticas de psicología’ la psicóloga comparte 11 historias de personas a las que ayudó durante diferentes procesos terapéuticos. «Cada una de ellas venía con una problemática diferente y desde estas historias propuse una serie de herramientas, pautas y ejercicios de modo que pudiesen ser aplicadas por aquellas personas que se puedan sentir identificadas con alguna de ellas», apunta. De hecho la autora asegura que todos los lectores que contactaron con ella tras la lectura de la obra aseguraron haberse sentido identificados con alguna de las historias y que fue eso lo que les motivó para iniciar el camino necesario para superar o sanar lo que les estaba haciendo sentirse mal emocionalmente. La explicación a esta reacción está, según aclara la experta, es que esas personas no solo vieron que era posible lograrlo sino que también se dieron cuenta de que no son los únicos que sufren o lo pasan mal. No en vano, ese sentimiento de no estar solos o de darse cuenta de que no son los únicos que pasan dificultades también puede ser un bálsamo si alguna vez se nos ha pasado por la cabeza pensar que a otras personas nunca les pasa algo así o que si les pasase ellas sí que sabrían cómo afrontarlo sin dificultades.
Es muy probable que muchas personas tengan historias de superación cercanas, en su entorno, pero ese bloqueo o esa resistencia a escuchar que suele darse ante un problema puede llegar a invisibilizarlas o a que no las tengamos en consideración o no les demos la suficiente importancia. Por eso la psicóloga insiste en la necesidad de abrirse a escuchar las historias de superación cercanas con la misma atención con la que a menudo nos abrimos a escuchar los relatos de desconocidos ya que, según asegura, conocer el relato de superación de una persona cercana puede suponer un impulso aún mayor para nosotros. Su propia experiencia así lo avala: «Mi libro está dedicado a mi abuelo, cuya historia de superación personal ha sido para mí un motor importante que me ha ayudado a movilizarme cada vez que me he encontrado con dificultades, que han sido variopintas y habituales a lo largo de mi vida. Al mismo tiempo, las historias que comparto en la obra, de las cuales he sido partícipe como psicóloga, también han supuesto para mi un enorme aprendizaje».
En definitiva, estos son algunos de los motivos por los que las historias de superación de otras personas nos estimulan de forma positiva:
- Inspiran, puesto que nos conectan con la posibilidad de cambio y crecimiento en nuestra propia vida.
- Dan esperanza, ya que el hecho de que otras personas logren superar un obstáculo enfoca a la mente en la posibilidad de conseguirlo, retando a ese bloqueo mental y conductual en el tantas veces se cae ante una dificultad.
- Proporciona un modelo a seguir. Quizá, cuando estás atravesando una dificultad, te cueste ser consciente de los modelos que tienes en tu entorno al conocer las debilidades de estas personas o no valorar que dichas personas hayan tenido que afrontar dificultades también, y te resulte más fácil modelar las actitudes de alguien desconocido, con cuya historia quizá te sientas más identificado.
- Conexión emocional. Como se puede extraer del anterior punto, sentir que alguien con características o dificultades similares a las nuestras ha superado algo, tiene el poder de estimular ese sentimiento de capacidad tan importante para crecernos ante la adversidad.
- Admiración por la resiliencia de estas personas. A veces se tiende a pensar que todo nos pasa a nosotros y ser consciente de que hay personas que, con grandes dificultades, logran realizar sus sueños o conseguir sus objetivos, nos impulsa favoreciendo que pongamos en marcha aquello que está en nuestro control para lograrlo nosotros también.
- Reto a las creencias limitantes. Existen ciertas creencias limitantes como por ejemplo: «Siempre me ha ido mal y seguirá pasando lo mismo», «no estoy hecho para esto», «la suerte no está de mi parte»… Estas creencias suponen un freno a la hora de poner en marcha actitudes diferentes que podrían conllevar un cambio considerable en nuestra vida. Por ello, esas historias de superación de personas que también podrían haber adoptado esa postura y no lo han hecho retan al mantenimiento de ese pensamiento tan limitante.
Aunque no a todas las personas les funcionen o les impulsen las mismas historias, siempre será más beneficioso, según indica la experta, escuchar o leer esos relatos de superación, ya sea de desconocidos o personas cercanas, que mantenerse en bucles de pensamiento o patrones de conducta que, en ocasiones, resultan disfuncionales.