El ingeniero agrónomo Osvaldo Larrosa destacó que la funcionaria a cargo del tema da la ordenanza por la prohibición del uso de agroquímicos, Jorgelina Porta, admitió que como está formulada no se podrá aplicar en el Partido de Gral. Pueyrredón. “Queremos modificarla, no derogarla”, indicó en la 99.9.La ordenanza que prohíbe la utilización de agroquímicos en Mar del Plata sigue siendo un tema controversial, más allá de que haya pasado a un segundo plano en los medios. Después de la postergación de su entrada en vigencia, no aparecen a la vista soluciones importantes para cuando haya que aplicarla; es más, surgen soluciones difíciles de creer.
El estado de la situación lo explicó en la 99.9 el ingeniero agrónomo Osvaldo Larrosa, quien señaló: “La municipalidad, hasta el momento, ha tenido contactos conmigo y con el sector frutihortícola, ante quien hay que sacarse el sombrero, porque desde hace tres años que están trabajando en esto”. Abundó: “estamos buscando que la municipalidad haga algo con la ordenanza que limita la producción. Hemos hablado con Mariano Pérez Rojas, secretario de la Producción, gente del radicalismo, gente del PRO, y pedimos una audiencia para hablar con Pulti. En la UCIP tuvimos una reunión con Jorgelina Porta, que es la persona que pusieron para manejar este tema”.
El nombre de esta funcionaria es para tener en cuenta, ya que es la encargada de elevar al intendente la opinión de los productores: “Porta tiene un perfil de producción con huertas familiares o agroecológicas. Me la habían pintado como alguien fundamentalista, pero me pareció alguien con criterio. De todos modos maneja tiempos, lenguajes y modos que no van con lo que queremos nosotros, que es seguir trabajando”, destacó Larrosa.
Por otro lado, en el marco de la reunión, surgieron cosas interesantes: “Después de hablar un rato largo, ella dijo que esta ordenanza era inviable como estaba formulada. Como derogar es una palabra muy fuerte en política, lo que queremos ahora es modificarla, pero de buena manera y con gente que está en el tema y no como hicieron el 10 de septiembre de 2008, cuando no llamaron a nadie y la aprobaron”.
En el análisis de la situación que realizó el ingeniero, la conclusión a la que llegó es que “esto se genera porque no hay un plan territorial. Entre el frutillar y los kiwis, hay un emprendimiento de esparcimiento que está justo en el medio. Esa persona se queja, pero se fue a poner en el medio de los dos”. También aclaró:“producimos sabiendo que lo que estamos utilizando no es nocivo de la manera como se usa. Se usa en dosis, en métodos y con la tecnología que se tiene que utilizar. Estamos en una posición difícil, la marcha atrás es imposible y debemos acordar”.
La única solución que presentaron como probable parece poco viable. Larrosa la explicó: “La municipalidad está proponiendo un programa que no tiene pautas aún, donde si el productor adhiere quedará bajo un paraguas que lo protegerá de la ordenanza. Pero ese paraguas es ideológico, funcionará mientras cumpla con lo que pidan. Tenemos que lograr que la municipalidad nos atienda y ver de qué manera todos podemos modificarla. La gente está preocupada y enojada porque se juega el trabajo, el capital y la producción de mucha gente. Mil metros significa que más de la mitad de las tierras del partido queda fuera de producción”.
Parece sencillo solucionarlo, pero parece difícil encontrar la voluntad para volver atrás en los pasos de una resolución imposible de aplicar: “Vamos a pedir que tengamos algo que nos permita producir, sin que mañana tenga que pensar que tenemos un problema. Los agrotóxicos no existen. Debemos hablar con seriedad y sin ofender a la gente que sabe, tratando de encuadrar las cosas donde la ciencia no está metida”, finalizó.