Presentan un proyecto de ley contra las sectas

Pablo Salum fue víctima de una secta, logró escapar y perdió a toda su familia. Desde ese momento, dedica su vida a desenmascarar estas organizaciones coercitivas y presentó un proyecto de ley. En diálogo con INFOnews, expresó su satisfacción por la condena.

Pablo-salumRicardo Javier Ocampo, más conocido como el gurú “Maestro Amor” y líder de una organización espiritual, fue condenado hoy por la justicia de Catamarca a 14 años de prisión en el marco de una causa por seis hechos de abuso sexual que tuvieron como víctimas a dos menores de edad.
En diálogo con INFOnews, Pablo Salum, titular de la ONG LibreMentes, que desde hace años lucha por desarticular estas organizaciones coercitivas -mal conocidas como “sectas”- expresó su satisfacción por la condena. “Principalmente me alegra y me emociona. Hay mucha impunidad detrás de estos grupos. Costó mucho llegar a esto. Estamos hablando de un enfermo, de un psicópata”, explicó.
Sin embargo, expresó su disconformidad con la pena. “Por el abuso de dos menores tendrían que haberle dado como mínimo 30 años. Catorce es muy poco”. Además, agregó que le parece injusto que el “Maestro Amor” cumpla su condena en la misma cárcel catamarqueña en la que ya estuvo recluído y que queda muy cerca de su comunidad. “Se sabe que estando detenido, él pasaba la noche con menores de edad. Me consta que el Discovery Channel tiene grabados testimonios de los guardias contando la verdad. En esa cárcel, compraba favores”, recordó.
Pablo Salum habla de una problemática que conoce muy bien, ya que él también fue víctima de una secta. Cuando tenía ocho años, su madre comenzó a participar de un grupo llamado Escuela Yoga de Buenos Aires con la promesa de sanar sus problemas respiratorios y al poco tiempo ella y sus tres hijos fueron cooptados por el líder Juan Percowicz. Dentro de la organización se practicaba el incesto y se abusaba sexualmente de menores.
Pablo logró escapar y hacer la denuncia, pero perdió el contacto con el resto de su familia. Desde ese día, dedica su vida a luchar contra estos grupos y después de años de trabajo presentó un proyecto de ley de Prevención y Asistencia a Victimas de Organizaciones coercitivas, que el año que viene comenzará a tratarse en comisiones en el Congreso de la Nación.
Según el autor, el proyecto de ley “es muy completo” y está inspirado en una Ley Anti Sectas aprobada en Córdoba en 2011. La primera parte del texto se centra en la prevención, en tratar de educar a la sociedad y a las intituciones para evitar nuevas víctimas y para que el Estado esté capacitado para ayudar a los afectados.
“Hoy en Argentina hay muy poca gente instruida para encarar esta problemática. Los psicólogos no están preparados para dar contención en estos casos concretos; la policía muchas veces no sabe recepcionar estas denuncias -cuando la gente va y cuenta lo que pasa al interior de las sectas, piensan que están locos y no les creen-; y la Justicia muchas veces tampoco está alerta para advertir que detrás de un suicidio o un homicidio puede estar implicado un grupo de estas características”, cuenta Salum.
Una segunda parte del proyecto, que será presentada más adelante, propone condenas penales y control fiscal para estas organizaciones. “Aquí el tema se vuelve más polémico. Estos grupos lavan altas cifras de dinero, muchas veces provenientes del narcotráfico y nadie los controla. La lista de pastores super enriquecidos es enorme y hacen lo que quieren. Le sacan dinero a la gente, se quedan con sus propiedades. Lucran con su vulnerabilidad”, explica.
Para Pablo, la polémica reside en que muchos políticos son financiados por estas organizaciones e imagina un terreno mucho más escarpado a la hora de su aprobación, con presiones desde distintos sectores.
El proyecto de Salum ya recibió el visto bueno del diputado correntino por el Frente para la Victoria, Carlos Gustavo Rubín, y del titular de la Sedronar, Juan Carlos Molina.
“Si se aprueba va a ser un paso muy importante. No nos olvidemos que hay niños que nacen dentro de estas comunidades cerradas que no tienen DNI, ni acceso a la salud, ni a la educación y muchas de estas organizaciones coercitivas también están implicadas en la trata de personas”, concluyó.