Esteban Santiago masacró a cinco personas el viernes en un aeropuerto de Fort Lauderales. Otras ocho quedaron heridas. El joven, de 26 años, es un ex soldado veterano de guerra que padece problemas mentales
El presunto autor del tiroteo que dejó cinco muertos y ocho heridos en el aeropuerto de Fort Lauderdale, Esteban Santiago, fue imputado este sábado con un cargo por haber cometido un acto violento en un aeropuerto internacional. Si es hallado culpable afrontaría la pena de muerte.
De acuerdo con un documento judicial presentado por la oficina del fiscal de Miami, Santiago también fue imputado con dos cargos por haber violado la tenencia de armas. El joven de 26 años, y veterano de guerra, abrió fuego en la tarde del viernes en una zona donde se recogen los equipajes en una de las terminales del aeropuerto.
Santiago habría planificado el ataque solo, según informó el FBI de Anchorage, Alaska. Y su viaje a la Florida fue con la única intención de cometer la masacre.
Santiago, además, según consta en los documentos de la fiscalía, confesó a las autoridades haber planeado el ataque. Sin embargo, aún no se conocen los motivos que lo llevaron a cometer la masacre ni el porqué escogió como escenario del crimen el aeropuerto.
“Los cargos imputados representan la gravedad de la situación y reflejan el compromiso federal, estatal y local de continuamente proteger a la comunidad y enjuiciar a aquellos quienes tienen la mira a nuestros residentes y visitantes”, dijo el fiscal Wilfredo Ferrer.
El sospechoso utilizó una pistola semi automática que aparentemente registró de forma legal en su viaje de Alaska a la Florida. Según los investigadores, Santiago habría comprado solamente un boleto de ida a Fort Lauderalde.
Las autoridades intenta determinar si los problemas mentales de Santiago fueron determinantes en el concreción del crimen, ya que durante su estadía en Alaska el FBI lo había remitido a un centro de salud mental.
“No hay indicación de que Santiago estaba trabajando con otros individuos cuando planeó su ataque”, dijo el agente especial del FBI en Anchorage, Marlin Ritzman, durante una conferencia de prensa.
El pasado 7 de noviembre, Santiago se presentó en una oficina del FBI en Anchorage diciendo que su “mente estaba siendo controlada por agencias gubernamentales”. El joven había entrado al edificio pidiendo ayuda con un cartucho cargado, pero con el arma dentro del carro.
Ese día le dijo a los agentes que estaba siendo influenciado por el ISIS. Sin embargo, luego de una investigación del FBI, no le encontraron nexos con grupos terroristas.
Luego de haber sido trasladado al centro de salud, el arma que portada le fue quitada por un mes como medida de seguridad. No obstante, un mes después, le fue devuelta. El resto es historia.