El proyecto pertenece a la Agencia Espacial Europea y a una firma de arquitectos internacional que opera en Argentina. El objetivo es construir viviendas para astronautas, que se imprimen capa por capa con suelo lunar.La Agencia Espacial Europea (ESA) anunció la firma de un acuerdo para construir un hábitat destinado a sus astronautas, con la mejor tecnología. Por ahora se están haciendo las investigaciones pertinentes, junto a una compañía internacional de arquitectos que opera en nuestro país, explorando la posibilidad de generar bases en la Luna mediante la utilización de impresoras en tres dimensiones.
El consorcio investiga cómo aprovechar el suelo lunar, llamado “regolito”, como materia prima para la construcción de las viviendas.
Foster+Partners, la empresa de ingeniería espacial italiana Alta SpA y la firma Monolite del Reino Unido, que suministra la impresora D-Shape, forman el consorcio que trabajarán junto a la ESA.
“La tecnología de impresión terrestre en 3D ha producido estructuras enteras. Nuestro equipo industrial investiga si se puede emplear algo similar para construir un hábitat lunar”, explicó desde la ESA, Laurent Pambaguian.
El equipo de arquitectos diseñó un refugio presurizado para astronautas sobre una estructura celular con protección contra la radiación espacial, las fluctuaciones de temperatura y meteoritos de poca envergadura. Para ello, simularon en la Tierra la impresión de una base con 1,5 toneladas de suelo lunar, dentro de una cámara de vacío que reproduce las condiciones ambientales de la Luna.
Sobre una base desplegada desde un módulo tubular, se construirá la vivienda para los astronautas, que luego será transportada en cohete hacia el espacio. Después, una cúpula inflable proporcionaría una estructura de soporte sobre la que se imprimirían las capas de regolito con la impresora-robot 3D.
La base para los astronautas se levantaría en el polo sur de la Luna, donde hay luz solar casi todo el tiempo. “La impresión en 3D ofrece medios potenciales para facilitar el asentamiento lunar con una logística reducida desde la Tierra”, analizó Scott Hovland, miembro del equipo de la ESA de vuelos tripulados.
Dichas impresoras ya se utilizan para crear esculturas, y en la actualidad se emplean para crear arrecifes de coral artificiales como alternativa de preservación de las playas ante la violencia de las olas. Existen impresoras con una variada gama de inyectores que permiten pulverizar una solución capaz de imprimirse sobre una superficie arenosa de seis metros, que podría asemejarse a la superficie lunar.
“Primero tenemos que mezclar el material lunar simulado con óxido de magnesio. Esto se convierte en un papel en el que podemos imprimir”, explicó Enrico Dini, fundador de Monolite, compañía británica especializada en ese tipo de tecnología. “Después se aplica a la tinta estructural, un tipo de sal que convierte el material en un sólido similar a una piedra”, agregó.
“Nuestras impresoras actuales tienen un ritmo medio de 2 metros por hora, mientras que la siguiente generación alcanzará los 3,5 metros a la hora, lo que permitiría completar un edificio entero en una semana”, culminó Dini