El ex primer ministro socialista de Portugal terminó de ser interrogado durante la noche. Es sospechoso de delitos de corrupción, blanqueamiento de capitales y fraude fiscal. Los compañeros del ex mandatario en el PS han mostrado dolor y respeto a la Justicia.
El ex primer ministro portugués José Sócrates se queda en prisión preventiva. Así lo anunció su abogado, Joao Araújo, esta noche a la salida del Tribunal de Instrucción Criminal donde durante los dos últimos días ha estado declarando el antiguo dirigente socialista.
Sócrates fue detenido el viernes pasado, a la llegada al aeropuerto de un vuelo procedente de París y ha pasado las tres últimas noches en el calabozo del comando metropolitano de la Policía de Seguridad Pública (PSP) de Lisboa.
El juez, tras escuchar sus declaraciones, ha decidido mantener al ex primer ministro luso en prisión preventiva para proteger el curso de las investigaciones. Es la primera vez que esto sucede en la democracia portuguesa. “Es una decisión injusta e injustificada”, afirmó el abogado, antes de anunciar que recurrirán la decisión del juez.
José Sócrates es sospechoso de los delitos de corrupción, blanqueamiento de capitales y fraude fiscal. El Ministerio Público tiene ahora un plazo de cuatro meses para presentar una acusación contra el ex primer ministro socialista. Si ese plazo se agota, Sócrates tendrá que ser puesto en libertad.
También quedan en prisión preventiva su chófer, Joao Perna, y el empresario Carlos Santos Silva, amigo personal de Sócrates. El cuarto detenido, abogado de Santos Silva, queda en libertad condicional y tendrá que presentarse periódicamente ante la justicia.
Hechos investigados
En causa está el estilo de vida lujoso que José Sócrates llevó en París tras salir del ejecutivo de Lisboa, en el verano de 2011 y donde se trasladó para estudiar Filosofía Política. Allí adquirió una vivienda de 2,8 millones de euros con vistas a la Torre Eiffel y a menudo se le veía almorzar en los mejores restaurantes de París.
Sócrates se mantuvo alejado de la vida política durante más de un año, hasta que decidió aceptar un contrato pro bono para comentar semanalmente la actualidad política en un programa de la televisión pública RTP. En su primera aparición televisada después de abandonar el Ejecutivo y la vida política, José Sócrates tuvo que defenderse de las acusaciones de su vida de lujo en París. “Tengo la misma cuenta bancaria desde hace más de 25 años, nunca he tenido acciones, ‘offshores’, ni cuentas en el extranjero. La primera cosa que hice cuando salí del gobierno fue pedir un préstamo en mi banco para pagar mis estudios”.
Sin embargo, ha sido el mismo banco, Caixa Geral de Depósitos, quien notificó la existencia de movimientos bancarios sospechosos a partir de los que comenzó la investigación, que ha sido bautizada como Operación Marqués y en la que a lo largo de meses se han recogido numerosas pruebas que terminaron en la detención para interrogatorio de José Sócrates.
Operación Marqués
También ha sido detenido su chófer, Joao Perna, sospechoso de haber participado en el alegado montaje de blanqueamiento de capital. Su principal función era la de viajar a París regularmente en su coche, en el que llevaba a Sócrates cantidades grandes de dinero, que a veces superaban los varios miles de euros, para que éste pudiera financiarse su elevado estilo de vida en la capital parisina. La policía interceptó unas escuchas telefónicas en las que el chófer hablaba del esquema, que después fue abandonado.
La Operación Marqués también investiga de dónde proceden los 20 millones de euros que José Sócrates tuvo en un banco suizo antes de transferirlos a Portugal y los investigadores sospechan que el dinero procede de “pagos ilegales” que después fueron blanqueados con un esquema montado a través de la farmacéutica Octapharma.
Desde enero de 2013, José Sócrates era consultor para América Latina de la multinacional, por lo que recibía 12.000 euros mensuales. Pero empezó a recibir un segundo sueldo, falso, porque en realidad se trataba de su propio dinero. Según avanzaba ayer la prensa lusa, Octapharma pagaba a Sócrates otros 12.000 euros mensuales que procedían de una ‘offshore’ a nombre del empresario Carlos Santos Silva, amigo de Sócrates, titular de todos sus bienes y otro de los detenidos.
Consecuencias para su partido
A nivel político, António Costa, alcalde de Lisboa y compañero de Sócrates en el Partido Socialista, podría ser el más perjudicado. Las sospechas de corrupción sobre el ex primer ministro luso podrían suponer un difícil obstáculo de cara a las elecciones legislativas del próximo año en las que Costa representará al PS.
El mandatario lisboeta, consciente de esta situación, se apresuró el pasado sábado a enviar un mensaje a los ciudadanos para tratar de separar su actividad política de la causa que implica al ex líder de su partido. “Estamos todos descolocados con la detención de José Sócrates”, aseguró Costa para transmitir el desconcierto que experimentan en los últimos días los militantes socialistas, pero “los sentimientos de solidaridad y amistad no pueden mezclarse con la actividad del Partido Socialista, que no debe implicarse en un proceso que sólo la Justicia, con plena independencia, debe juzgar. Nosotros la respetaremos”, transmitió el candidato de la izquierda portuguesa.
No es la única figura del partido de la oposición que ha mostrado públicamente su estupor. “Lo veo con dolor. Trabajé varios años con José Sócrates y la imagen que tuve y tengo de él, no es la que se ha divulgado en los últimos días”, lamentó el vicepresidente parlamentario del partido, José António Vieira da Silva, que fue además ministro en los gobiernos de Sócrates.
El diputado Jorge Lacao, que ocupó funciones de Gobierno con Sócrates, se declaró “consternado”, pero subrayó que lo importante es “la acción política” del partido.
La presidenta del PS, Maria de Belém, aseveró que el caso Sócrates es únicamente “una cuestión de la Justicia” e insistió en que “una cosa es la política, otra la justicia”.