El Tribunal Supremo flexibiliza la polémica ordenanza que prevé multas y hasta penas de prisión.
El Tribunal Supremo de Hungría ha flexibilizado la polémica ordenanza que indica ciertas zonas de Budapest como prohibidas para los sin techo. Medios de comunicación húngaros han indicado, sin embargo, que seguirán existiendo zonas vedadas para estas personas, algo que según los críticos resulta una realidad cercana al apartheid además de criminalizar a los vagabundos.
El Tribunal ha sostenido que no es posible prohibir a las personas vivir en la calle, pero que su presencia en ciertas zonas de la ciudad puede ser restringida en relación a «la protección del orden público (…) o de bienes culturales». La presencia de las personas sin hogar seguirá siendo prohibida en sitios de la capital húngara declarados como Patrimonio de la Humanidad, pero también –según el portal «vs.hu»– en las estaciones de metro, en las paradas de bus, en las estaciones de trenes, en parques infantiles, cementerios, debajo de los puentes y en pasos a desnivel.
Según la corte húngara, sobre las «zonas restringidas» de los distintos distritos deberá decidir el Tribunal Constitucional. Dado que se trata de una clara violación a los Derechos Humanos, ha sido el comisionado para los DD.HH. Laszlo Skely quien ha solicitado al Tribunal Supremo que asuma una posición al respecto.
La ONG «A Varos Mindenkie» (La ciudad es de todos) ha indicado en un comunicado que la sentencia del Tribunal legitima que en ciertas zonas de la ciudad la medicidad pueda ser castigada con multas e incluso prisión. De hecho, desde que en octubre de 2013 entrara en vigor la normativa –aprobada en septiembre de ese año por un Parlamento de mayoría conservadora liderada por el partido gobernante, Fidesz–, existen al menos 200 casos judiciales contra personas sin hogar. El número de sin techo se estima entre 30.000 y 50.000, las plazas en albergues para indigentes sin embargo no alcanzan los 10000.