Las multas por no adquirir entrada van desde los 30 a los 500 euros pero las autoridades admiten que gastan más dinero en implementar la medida que con la recaudación de la entrada.
La medida era controvertida y provocó el malestar esperado. Venecia se convirtió este jueves en la primera ciudad del mundo en la que es necesario registrarse y pagar para visitarla y los turistas resignados, pero sin protestar, aceptaron el pago del billete de 5 euros para poder entrar, mientras que los habitantes se manifestaron contra una medida que consideran inútil.
Desde el ayuntamiento se explicó que durante la mañana habían llegado a Venecia 110.000 personas, de las cuales sólo el 10 % pagaron la entrada de acceso. “Todo va bien, nadie se quejó y casi todos fueron informados“, explico el concejal de Turismo, Michele Zuin.
Algunas asociaciones de habitantes se concentraron también en Plaza Roma para protestar por una medida que consideran un “impuesto” que no cambiará la situación porque no se ha puesto un límite a los ingresos de turistas y exhibieron un cartel en el que se leía “Venecialandia” y se vivieron momentos de tensión cuando la Policía intentó desalojarlos de la zona
A su llegada a Venecia, a la plaza Roma, principal acceso a la ciudad de los canales, los turistas que no estaban informados hicieron colas ante las taquillas para registrarse y pagar si era necesario, ya que están exentos los habitantes de la región de Véneto, los que se alojan en los hoteles venecianos o en casa de familiares, entre otros.
Algunos de los turistas extranjeros, aunque aceptando el pago, mostraron su malestar por la falta de información previa y la necesidad ahora de aguantar las largas colas para adquirir la entrada.
“El objetivo aquí es ayudar a Venecia y creo que los venecianos ya han sufrido bastante por los turistas. Todas las ciudades del mundo deberían hacer esto”, explicó Mark, un ciudadano estadounidense que visitó hoy la ciudad de los Canales, según informa “La Repubblica”.
Por el momento son 29 los días en los que se podrá ingresar en la ciudad sólo con reserva y pago para quienes no se alojen en la laguna. No habrá torniquetes y unos 200 inspectores entre controladores y agentes municipales se dedicarán a revisar aleatoriamente la posesión del código QR que da derecho a entrar tras pagar los 5 euros por internet.
La medida estará en vigor desde hoy, 25 de abril, con un puente en el que se prevé una importante presencia de turismo, hasta el 5 de mayo, cuando comenzará a cobrarse durante los sucesivos fines de semana hasta el 14 de julio, además del 1 y 2 de junio. Las multas van de 30 a 500 euros.
“Pido disculpas por las molestias, pero tenemos que hacer algo No podemos limitarnos a hablar, tenemos que intentar hacer algo y lo estamos haciendo ahora porque tenemos el deber y la tarea de dejar y salvaguardar la ciudad para las próximas generaciones”, dijo el alcalde ed Vencia, Luigi Brugnaro, que acudió a la entrada de la ciudad.
Admitió que con esta medida “se está gastando más dinero del que se recauda”, pero defendió que “esto no es un gasto, es una forma de hacer entender a la gente que hay que cambiar y por tanto diluir las visitas a la ciudad evitando las masas y la gente lo está entendiendo”.
Explicó que “la experimentación será a medio-largo plazo” para “recoger datos e información para luego calibrar el sistema”.