Ayer, en sintonía con esta mirada y acaso marcando una leve diferencia con la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), el ministro de salud bonaerense, Daniel Gollán, aseguró que en suelo bonaerense la curva se encuentra “aplanada e “igual que los últimos quince días”. ¿Pero de qué hablamos cuando hablamos de curva achatada?
Si bien la cuarentena, las cifras que van y vienen, los médicos infectados y los geriátricos que no cumplen los protocolos de seguridad parecen conspirar para que la situación se torne preocupante y a veces hasta dramática, el repaso de las cifras que trae la famosa “curva epidemiológica” indica, al menos en un primer relevamiento, que el tan temible pico que se esperaba para este mes todavía no apareció y, acaso lo más optimista, cuando lo haga no será el monstruo imposible de amesetar que muchos imaginaban para esta altura. Ayer, en sintonía con esta mirada y acaso marcando una leve diferencia con la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), el ministro de salud bonaerense, Daniel Gollán, aseguró que en suelo bonaerense la curva se encuentra “aplanada e “igual que los últimos quince días”. ¿Pero de qué hablamos cuando hablamos de curva achatada?
Como se sabe, junto con CABA -que tenía hasta ayer 1.089 positivos- nuestra provincia es una de las zonas con mayor cantidad de casos de COVID-19 (hasta ayer eran 1.429). Para Gollán, sin embargo, las cifras demuestran que no hubo una disparada de casos y que, como se dijo, “se está igual que en los últimos 15 días”.
Sin bien el funcionario advirtió que se trata de un escenario dinámico y, por lo tanto, que podría modificarse en el corto plazo, su declaración se diferencia así de la realizada también ayer por el titular de la cartera de Salud de CABA, Fernán Quirós, quien aseguró que en ese distrito se detectó un importante incremento en la cantidad de positivos en los últimos días, situación que motivó el rechazo a la habilitación de salidas recreativas.
Concretamente, y por fuera de cualquier interpretación, las cifras demuestran que hace quince días (el 13 de abril) la provincia de Buenos Aires reportaba 29 casos y un muerto. Hoy, quince días después, la provincia reporta 50 casos y también un muerto en 24 horas. En las últimas dos semanas, hay que decir, el mayor pico en suelo bonaerense se dio hace apenas unos días, el 25 de abril, con un total de 94 positivos y 2 muertos. Ese día, en CABA se registraron 55 nuevos casos y también 2 muertos (ver gráfico).
“Tenemos un mapa de riesgo que coincide con el que marcó nación y se trata de representar lo más fiel posible para saber la circulación del virus en cada municipio -explicó Gollán ayer-. Vemos también la capacidad de respuesta de cada municipio en caso de un pico de contagios”. Sobre eso, el funcionario precisó que “es esperable que entre mayo y junio tengamos un pico de contagios en la provincia de Buenos Aires”.
En relación a las salidas recreativas, algo que quedó en el centro del debate luego de la conferencia en la que el presidente Alberto Fernández informó sobre la extensión de la cuarentena hasta el 10 de mayo y aclaró que en algunas provincias habría una flexibilización, el ministro de Salud de la Provincia analizó que “uno abre un poquito el grifo, si aumentan los casos en algún lugar ese grifo se puede cerrar de nuevo localmente. En estos dos meses se estuvieron haciendo diagnósticos de riesgo para saber donde se puede abrir más o menos el grifo”.
Para el ministro de salud bonaerense, no se trata de creer “que el virus no entre, porque eso sería pensamiento mágico; lo que hacemos es que sea lo más lento posible y cuidando a los grupos de riesgo”.
Gollán también contó que “de todos los contagios, un 20% son del personal de la salud, pero hay que quitar los casos de gente que vino enferma del extranjero, y quita los contactos horizontales que no es que se contagian de los pacientes por falta de protección, sino que se enferman entre pares. Además de proporcionar el equipo de protección, verificar que ese equipo se lo saquen adecuadamente y que después no se junten en la sala de médicos, la distancia social tiene que mantenerse en todo momento”.
Por otro lado, Gollan aseguró que se necesitan médicos extranjeros “porque aún existe un déficit de 400 o 500” de esos profesionales “para cuando venga el pico alto, lo que dependerá de cuando abramos las puertas de circulación. Yo quiero tener la seguridad de que cuando una persona esté internada en cualquier lugar del Conurbano tenga un médico al lado que lo pueda cuidar”.