La decisión está tomada. De hecho, la autorización requerida fue el motivo central del polémico debate que se generó en la Legislatura con el Presupuesto 2016. La administración de María Eugenia Vidal saldrá en pocas semanas más en busca de fondos frescos en el exterior para financiar la ejecución de obras públicas.
En el ministerio de Economía dicen que la operación, con todo, no es inminente. Y que contínuamente se monitorean las condiciones del mercado para elegir el momento propicio.
Por lo pronto, el gobierno bonaerense tiene autorización legislativa para tomar deuda por unos 60 mil millones de pesos, de los cuales unos 10 mil deberán destinarse a financiar obras en los municipios. Los recursos que se logren por esa vía se distribuirán a las comunas de acuerdo a los niveles de coparticipación.
Hay dos cuestiones centrales que aparecen en el escenario financiero y que empujan al gobierno bonaerense a salir a los mercados, más allá de sus inocultables necesidades de hacerse de fondos frescos. Una de ellas, el cada vez más probable acuerdo con los holdauts. Si se concreta, se estima que habrá tasas de interés más potables para la Provincia.
Hay otro dato importante. Ayer trascendió que el gobierno nacional autorizó a varias provincias, entre ellas Buenos Aires, para que salgan a la caza de fondos frescos en los mercados internacionales.
Algunas versiones apuntan que parte de esos fondos serían utilizados además para paliar el déficit que afronta el Estado bonaerense.
En las últimas horas trascendió que la primera emisión que haría la nueva gestión de Cambiemos sería por unos 500 millones de dólares. Pero fuentes del ministerio de Economía consultadas por este diario prefirieron bajarle el grado de inmediatez a esa posible decisión.
Las versiones indicaban que la operación para la colocación de bonos se había encargado a un consorcio de bancos integrado por el Citibank, JP Morgan y HSBC.