Es la del laboratorio Moderna, que usa contra la gripe la plataforma de ARN mensajero que debutó con el Covid. Cómo participar.
Cuando se aprobó la primera vacuna de ARN mensajero para el Covid, los expertos auguraron que este desarrollo cambiaría el futuro. Ahora, la vacuna antigripal de ARN mensajero da un paso más en esa revolución: se va a probar por primera vez en un ensayo clínico de fase III y se hará en Argentina.
Actualmente, hay dos vacunas contra el SARS-CoV-2 que utilizan esta plataforma, la más innovadora en la producción de vacunas y que se está estudiando también para otros fármacos. De hecho, son las dos que se están aplicando más fuertemente en esta etapa del plan de vacunación Covid en Argentina: las de los laboratorios estadounidenses Pfizer y Moderna.
Pero el ARN mensajero abre la puerta a la panvacuna: una vacuna que sirva para el Covid, pero también para la gripe y para el virus sincicial respiratorio (VSR), las otras dos enfermedades respiratorias que cada invierno generan internaciones y mortalidad.
¿Para qué serviría una única vacuna que contemple estos tres virus? Para hacer más eficiente la aplicación, vacunar a más gente y, en consecuencia, disminuir esas complicaciones.
Para lograr esa panvacuna, primero hay que probar que el ARN mensajero es eficaz con cada uno de los tres virus. Con el coronavirus ya se demostró. Hay que probar su eficacia con los otros dos en sendos ensayos clínicos y, luego, probar en otro ensayo clínico cómo funcionaría una sola vacuna para los tres.
Todavía falta para llegar a ese punto, pero sí estamos más cerca de la vacuna de ARN mensajero para la influenza. Y si funciona, podría traer varias ventajas.
La ventaja de una antigripal de ARN mensajero
La vacuna de Moderna es una tetravalente. Incluye dos linajes de influenza A (H1N1 y H3N2) y dos de influenza B (Yamagata y Victoria). El ensayo incluirá a 6.000 voluntarios en todo el mundo. Pero la mayor parte se reclutará en Argentina: serán 4.000. En ellos probarán cómo funciona la vacuna de ARN mensajero para la gripe contra la mejor tetravalente disponible en el mercado.
La principal diferencia de esta vacuna con las que se usan actualmente es, justamente, que contiene un ARN mensajero para cada una de las cepas de influenza. Este mensajero ingresa a las células y les “da un mensaje”: que empiecen a crear unas proteínas llamadas hemaglutininas, que se disponen en la superficie de las células. Entonces, el sistema inmunológico las reconoce como si fuera el virus de la gripe y así comienza a formar anticuerpos.
Las vacunas de influenza actuales crean una inmunidad de entre el 40% y el 60%. Si se compara con los porcentajes de la vacuna del Covid, es bajo.
“Con ARN mensajero se está intentando superar ese 60% y llegar a un 80% de eficacia. Los datos interinos del estudio de fase II mostraron que hubo una elevación de cuatro veces de los títulos de anticuerpos”, se entusiasma Gisela Gianetti, responsable de Vacunas en Mautalen Salud e Investigación, uno de los centros de investigación que participarán del ensayo y que ya realizó el de la vacuna vegetal de Medicago.
La eficacia es un punto muy importante para hacer esta apuesta. El otro tiene que ver con que “es una vacuna fácil de manipular y el cambio de cepa de una estación a otra es más fácil, genera menos resistencia a estos cambios”, suma Gianetti. Por eso, en las vacunas Covid, las de ARN mensajero son las que están más avanzadas en sumar la variante Ómicron en una vacuna bivalente.
Cómo será el ensayo de la nueva antigripal
Argentina es el país que más voluntarios va a aportar de los 6.000 que necesita el ensayo de fase III, que se hará también en otros países del hemisferio sur como Colombia y Australia, y si es necesario se ampliará al hemisferio norte en su otoño, anticipa Moderna en su sitio web.
El momento del año es clave para la realización de este ensayo. “Tenemos que dar la vacuna justo antes de que la gente se pueda enfermar. No podemos enrolar en enero”, apunta Gonzalo Pérez Marc, integrante del equipo de Fernando Polack y responsable de ensayos clínicos en el Hospital Central Militar, donde se probó la vacuna de Pfizer y otra de las sedes argentinas de este ensayo de Moderna.
El especialista, que también está liderando dos ensayos sobre virus sincicial respiratorio, señala que se van a reclutar pacientes todo julio y agosto y que, dependiendo del comportamiento de los virus, quizás se pueda extender a septiembre.
Y explica que después de dos años y medio de pandemia, con la población encerrada, menor exposición a agentes patógenos por el distanciamiento y el barbijo, menos gente que se vacunó por las restricciones y menor circulación viral justamente por el coronavirus, este escenario es propicio para probar nuevas vacunas contra los virus respiratorios incluso ya transitando el invierno.
Pero el estudio tiene en Argentina una complejidad, que está dada justamente por un dato positivo. Pueden participar todos los mayores de 18 años, sin límite de edad. Aunque sí hay un requisito excluyente: que no hayan recibido ninguna vacuna antigripal en los últimos meses.
El ensayo tiene además otra una condición importante. La principal población objetivo de la vacuna antigripal son los mayores de 65 años, por eso tienen que incluir un 20% del total de voluntarios con esa edad. Eso, justamente, es lo más difícil.
“Nos está costando porque la campaña local de vacunación antigripal es muy buena y tiene mucha adherencia en los grupos de riesgo y los +65”, admite Gianetti e invita a quienes aún no se vacunaron a formar parte del estudio para contribuir a un avance científico que puede ser significativo.
Vale remarcar que todos los participantes de la investigación recibirán una vacuna contra la gripe. El ensayo es aleatorio por eso un algoritmo asignará a algunos de ellos la Moderna y al resto otra tetravalente, que también incluye cuatro cepas. La vacuna gratuita que se está aplicando este año en el plan antigripal es la trivalente, que incluye solo tres cepas.
Los que quieran participar del ensayo deben contactarse con algunos de los centros que participan, que están en Capital, Córdoba, Rosario y San Miguel de Tucumán, entre otras ciudades. Según informaron de Moderna a Clarín, algunos de ellos son la fundación Respirar y Stamboulian, y también participan los investigadores Eduardo López y Ana Ceballos.
En Mautalen, los interesados en participar pueden ingresar a www.mautalenvacunas.com. Y en el Hospital Militar Central, en www.argvacunas.com.
El virus sincicial respiratorio
Además de la vacuna antigripal, ya se están haciendo en el país otros dos ensayos con vacunas de ARN mensajero para el virus sincicial respiratorio.
El común de la gente asocia al VSR con la bronquiolitis, que cada invierno colma las salas de internación pediátrica, pero también impacta seriamente en los adultos mayores.
“En los mayores de 60 años produce igual o mayor daño que la gripe. No solo provoca cuadros pulmonares graves, sino que empeora la patología respiratoria, diabética y cardiovascular. Una persona con una enfermedad grave ya instalada tiene 200 veces más posibilidades de tener un infarto a la semana siguiente que quien no la tiene”, explica Pérez Marc.
El especialista del Hospital Militar Central lidera los tres estudios con ARN mensajero que llevarían a esa futura panvacuna. Participó del de Pfizer para Covid y el de Moderna para influenza, y también de los dos que ambos laboratorios estadounidenses están haciendo para sincicial respiratorio.
El de VSR de Pfizer está reclutando en todo el mundo a 9.000 personas y el de Moderna, 6.000. En ambos, según Pérez Marc, “no hay techo” para la participación de voluntarios de Argentina.
La convocatoria a embarazadas –para analizar cómo los bebés nacen con anticuerpos– ya está cerrada, pero no así para los mayores de 60 años. Quienes quieran participar en estos estudios de vacuna para el virus sincicial respiratorio pueden anotarse en www.vacuna60.com.