Después del cuarto puesto obtenido en Londres 2012, la dupla integrada por Cristian Rosso y Ariel Suárez apunta a una consolidación que le permita llegar con buenas chances a los Juegos Olímpicos de Río 2016. En el camino, participarán del Campeonato Mundial de Corea, tras realizar parte de la preparación en Mar del Plata.
El próximo objetivo es competir y mejorar en Chungju, la ciudad de Corea del Sur que será sede del Campeonato del Mundo de Remo entre el 25 de agosto y el 1 de septiembre. Así, darán otro paso en este largo recorrido rumbo al 2016. Antes de partir, el marplatense Cristian Rosso y el bonaerense Ariel Suárez decidieron trabajar en la Laguna de los Padres para ponerse a punto de cara a la competencia internacional.
En esta etapa previa, Rosso aprovechó para estar cerca de su gente y Suárez se trasladó con su familia a Mar del Plata. El remero local aseguró: “fue una decisión que tomamos entre los dos. Generalmente voy yo para Tigre, pero veníamos de un viaje largo y como Ariel sabe que me gusta mucho estar acá, tuvo la gentileza de ofrecerme si nos podíamos poner en campaña para que él venga para acá. En el verano no hay problema en entrenar separados, pero antes del Mundial iba ser muy importante entrenar juntos. Gracias a la ayuda del EMDeR, Ariel pudo venir y entrenamos en Mar del Plata antes del Mundial de Corea. La Laguna está espectacular. Había nacido de vuelta la maleza que apareció hace 2 o 3 años. Hubo bastante en el verano, pero ahora desapareció casi por completo. Habría que limpiar un poco para que quede en optimas condiciones”.
Pensando en el campeonato de Corea, Cristian Rosso dijo estar en su mejor momento. Pero no hay que perder de vista que su compañero de bote viene de afrontar un problema de salud por una bacteria que le afectó el pecho y que lo obligó a estar dos meses sin entrenar. Por este motivo, no pudo correr el Sudamericano y fue reemplazado por Brian Rosso. Con recuperación y distintos cuidados médicos, Suárez está hoy en un 70% y espera seguir mejorando hasta el momento de competir. Refiriéndose al Sudamericano, Rosso expresó: “fue una alegría muy grande poder competir con mi hermano y ganar. Sabíamos que teníamos que andar bien en ese nivel. Es un plus, porque es la persona con la que entrené toda la vida y con quien comparto todo”.
A la hora de analizar sus posibilidades deportivas en el Campeonato del Mundo, el remero del Club Atlanis habló de lo físico y de la técnica. “Físicamente estoy excelente, en mi mejor momento. Pero nosotros dependemos mucho de la parte técnica. Nuestro fuerte es ése para sacar ventaja sobre nuestros competidores. Físicamente estamos mejor, pero algo perdimos porque no estuvimos tanto tiempo arriba del bote. Solíamos tener ciertos movimientos automatizados que ahora no tenemos. Esperamos trabajar bien en eso estos días. No basamos todo en lo físico porque dependemos de otros factores. La expectativa, por lo que vimos en la Copa del Mundo, es tratar de mejorar algunos segundos para acercarnos a los rivales de arriba. Lo que pasó, queda en el olvido. Podría haber sido un año para salir campeón del mundo o buscar una medalla. Todavía estamos a tiempo, el año pasado no se dieron las cosas como habíamos planificado. Quedó evidenciado en la última Copa del Mundo: del nivel que tuvimos en Londres fuimos un poco para atrás. Pero eso ya pasó y nos tenemos que focalizar en nosotros mismos, en nuestras virtudes arriba del bote y maximizar esas buenas sensaciones que vamos teniendo para subir algunas posiciones. Lo que quiero es que nos sintamos mejor que en la Copa del Mundo y que podamos dar el máximo. Después, veremos en qué puesto caemos”.
Además, Cristian se refirió al apoyo que ahora brinda el ENARD para los competidores de elite. “Nos da un impulso extra. Nosotros hacemos lo mismo que hicimos siempre, pero ahora con la tranquilidad de saber que estamos entrenando con una organización profesional, con el mejor material, con un ente atrás que te consigue los pasajes para viajar y competir. Lo disfrutamos y lo aprovechamos porque vivimos lo que era antes. Lo canalizamos por el lado de que, sin dudas, esto debe mejorar el rendimiento”, aseveró.
En la actualidad, se puede decir que la dupla Rosso-Suárez está consolidada. Aunque la historia de estos dos remeros olímpicos no fue tan fluida al comienzo. A ninguno de los dos les gustaba la idea de dejar de ser singlistas para pasar a compartir el bote. Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que correr juntos iba a ser la mejor opción para conseguir buenos resultados. Recordando los entretelones de los inicios del proyecto que lo unió con Cristian Rosso en el bote de dobles, Suárez contó: “la primera vez que me propusieron remar con él, lo primero que dije fue ‘no’. Típico de alguien que está acostumbrado a entrenar y correr solo. Que te propongan a otra persona no te gusta mucho. En su momento, a mí me lo propusieron. Cuando me dijeron lo de Cristian, dije que no y después estuve unos días pensándolo. Y al final dije que no iba a hacer lo mismo que me hizo a mí una persona que estaba más arriba que yo. Entonces dije ‘¿por qué no probar, aunque sea?’. Y así fue. Le dije al entrenador nacional que estaba de acuerdo en probar la embarcación. El primer día que salimos a remar el bote andaba muy mal. Nunca había ido tan mal. Pero en ese momento tuvimos la habilidad de parar la embarcación y buscar otra posición. Cambiamos. Rotamos las posiciones. Él pasó adelante y yo pasé atrás. Así fue totalmente diferente. Veíamos que con los kilómetros que íbamos andando el bote tenía algo, que tenía conjunto, que es lo más importante en el remo a la hora de competir y buscar resultados. Día a día me daba cuenta de que podía llegar a funcionar. Cristian hace muy bien su papel, lleva el ritmo, es top del bote; y mi habilidad es seguir y copiar. Por eso nos acoplamos bien”.
Por su parte, Rosso narró los detalles de la conformación de esta exitosa pareja: “en ese momento, él era mejor. Tanto él como Santiago Fernández eran mi ejemplo a seguir. Yo venía de la categoría sub-23 y hacía años que los dos se venían matando entre ellos por el single de mayores. Si bien yo estaba mejorando, no estaba a la altura de Ariel. Y obviamente, el que es singlista siempre quiere correr solo. Aunque yo también era singlista, sabía que perdía; entonces estaba más dócil. Entendí su actitud porque a mí tampoco me gustaba mucho la idea. Pero mucho menos me gustaba quedarme sin viajar. Ya había pasado que tenía que viajar uno solo. Él me ganaba y yo me quedaba afuera. Por suerte, los dos nos abrimos y decidimos encarar el proyecto juntos; y nos dimos cuenta de que podía ser mejor que cualquiera de nosotros dos individualmente. En el deporte pasa eso. A veces, las relaciones no son buenas al principio, pero uno se une por una cuestión de rendimiento. Por suerte nosotros pudimos compatibilizar las dos cosas. Nos llevamos muy bien, disfrutamos mucho de entrenar juntos, podemos hablar y un montón de cosas muy difíciles de lograr y que vemos que en otros botes no tienen”.
Lo que dejó Londres
Tras la experiencia olímpica, cita máxima del deporte, con un destacado cuarto puesto, Cristian Rosso expresó su intención de superarse y no quedarse con lo que ya se consiguió. “Me siento con otra experiencia y con más seguridad. Lo que pasó el año pasado nos posicionó mentalmente, sabiendo lo que podemos llegar a lograr. No es haciendo nada extraordinario sino haciendo las cosas bien. Entrenamos durante todo el año más tranquilos sabiendo lo que podemos conseguir. Buscamos todo el tiempo no querer compararnos con lo del año pasado. Nos podemos mejorar. Cada año es distinto”, aseguró.
Rumbo a Río
Cada uno de los integrantes de esta dupla olímpica tiene el mismo objetivo: “el día que llegue Río 2016 vamos a tener la presión de repetir o mejorar lo de Londres. Me imagino consiguiendo una medalla. Es para lo que vamos a entrenar. Creo que tenemos el potencial para hacerlo. Depende de nosotros, de saber trabajar bien todos estos años que quedan y pulir bien cada detalle”, comentó Cristian Rosso. A su vez, Ariel Suárez coincidió con su compañero: “somos muy obsesivos por el detalle. Eso nos hace luchar día a día. Para mí, en Londres no ganamos un cuarto puesto sino que perdimos una medalla. Queremos jugarnos todo a Río”.