Carlos Morelli trabajó durante años en el CIPEC y luego participó en la formación del actual SAME. Radicado en Mar del Plata, hace años que trata de acercar un proyecto para crear algo similar en la ciudad y achicar notablemente el tiempo de respuesta de las ambulancias. “Intenté llegar a Aprile, Katz y Pulti pero no tuve éxito”, señaló.
La demora de las ambulancias en llegar al lugar donde sucede algún hecho, siempre ha sido un motivo de queja de los vecinos. Sin embargo, cuando alguien presenta una idea para cambiar el modo de trabajo, no encuentra las respuestas políticas necesarias.
Esta mañana en la 99.9, habló al respecto Carlos Morelli quien trabajó en el ex CIPEC a punto tal de ser uno de los que armó el renovado SAME en Buenos Aires: “fui un simple operador telefónico que es una actividad muy amplia que incluye muchos aspectos psicológicos”.
Los aspectos más destacados del análisis pasan por la necesidad de tener registrado todo el camino que se realiza desde el momento en que se recibe el llamado de emergencia. “No sólo hay que grabar la conversación telefónica, sino todo el movimiento incluida la salida de la ambulancia, médico de dotación que iba a bordo y que interno de ambulancia salía”, dijo. Luego abundó: “tiene que haber horario de llegada al lugar, se asienta también el horario cuando llegan al hospital o la dependencia sanitaria. También hay otro horario que es el de liberado que se debe asentar para que el operador sepa que tiene una ambulancia libre en esa zona”.
También destacó la importancia de tener operadores de radio capacitados y diligentes: “debemos tener una planilla donde conste la dirección donde va la ambulancia, el horario de salida de la ambulancia, porque a veces pasan unos minutos entre el llamado y la comunicación con la ambulancia. El operador de radio debe saber donde está la ambulancia, si está libre, que dotación tiene, que capacidad operativa tiene y demás. Él es quien comanda el movimiento y el desplazamiento del equipo profesional”.
Cuando creó el SAME, por cuestiones políticas lo terminaron desplazando y por eso quiso traer la idea a la ciudad: “intenté llegar a Aprile, Katz y Pulti pero no tuve éxito. La idea era armar un mini-SAME y que dependa de la municipalidad sin aportes del propio municipio”, explicó. Tampoco los encargados de la salud a nivel local le dieron interés a un proyecto que puede solucionar un gran problema histórico de la ciudad: “quise llegar a Ferro y a Cristaldi pero no pude, se creen que son dioses a los cuáles no se puede llegar”.
Entre las medidas que plantea Morelli, se encuentra la necesidad de tener distintos puntos desde los cuáles puedan salir las ambulancias: “tenemos una falencia de ambulancias porque deben existir centros operativos en distintos lugares de la ciudad para que lleguen de una manera más efectiva ahorrándose mucho tráfico. En las salas de atención primaria se podría poner una ambulancia con un médico ambulanciero para las urgencias y eso evita la pérdida de tiempo”, advirtió.
Mientras todo está preparado para empezar a trabajarlo, teniendo en la ciudad a uno de los creadores del sistema conocido como SAME, la política le da la espalda aunque ni siquiera le terminaría costando dinero al municipio: “el proyecto incluía el aporte de privados para mantener el servicio, con muy poco se puede hacer mucho. La salud pública es la mejor vidriera para un político, pero no funciona así”, concluyó.