Con solo tres sesiones de media hora, este tratamiento que se usa contra el cáncer, es efectiva para recuperar los pulmones colapsados por covid.
Con solo tres sesiones de media hora, la radiofrecuencia puede volverse una inesperada y potente aliada contra la covid-19, tras comprobarse en Perú que esta técnica, ya usada para el tratamiento de cáncer, es también efectiva para recuperar los pulmones colapsados por el coronavirus.
Así lo afirmó el físico médico de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) de Lima Fernando Valencia, autor de una investigación donde se reportaron considerables y rápidas mejoras contra la invasión pulmonar que produce esta enfermedad, pudiendo reducir incluso los tiempos de recuperación de los casos más graves.
Esta técnica bautizada como dielectrotermia autofocal (DTAF) es complementaria a los tratamientos habituales y puede ayudar no solo a evitar que muchos infectados acaben conectados a un ventilador mecánico, sino también a que los que ya están en unidades de cuidados intensivos (UCI) tengan mayor probabilidad de sobrevivir, según las conclusiones de la investigación.
Sin dolor
Esto gracias a la aplicación “inocua, indolora y no invasiva” de ondas electromagnéticas cuya energía induce una “fiebre artificial” de no más de 39 grados celsius sobre el pulmón, lo que permite descongestionarlo de edemas y fluidos y al mismo tiempo activar el sistema inmune, a modo de coadyuvante antiviral.
A diferencia del tratamiento por radiofrecuencia para casos de cáncer, donde los nódulos están muy localizados, la covid-19 produce “micronódulos” de manera extendida en todo el pulmón que lo llevan a colapsar, pero las ondas electromagnéticas logran igualmente eliminarlos.
“Previa toma de una tomografía, escogemos el pulmón más dañado cuya hipoxemia (bajo nivel de oxígeno en sangre) e hipoperfusión (disminución del flujo sanguíneo) va a provocar la muerte del paciente, y hacemos una secuencia de tres sesiones en tres días intercalados”, explicó Valencia.
“Signos reales” de recuperación
“Hay signos reales de recuperación. Se ve la remisión de la enfermedad“, afirmó el científico tras probar este procedimiento con otro médico que resultó contagiado y que se ofreció voluntario cuando se encontraba en estado “de moderado a severo”.
“Este médico veía muy pocas posibilidades de sobrevivir, y tuvimos la fortuna de hacerle un seguimiento muy estricto en la secuencia de su recuperación”, indicó el investigador, que le aplicó a su colega tres sesiones de radiofrecuencia con ondas de 13,56 megahercios en un campo electromagnético de entre 700 y 1.000 voltios.
Al eliminar sin contacto con el paciente la materia que obstruye sus alvéolos, también se logra una mayor efectividad de ciertos medicamentos que hasta ahora se han mostrado ineficaces cuando el paciente ya está grave.
Abre camino a medicamentos
Es el caso del antiparasitario ivermectina, que en Perú ha sido ampliamente utilizado para tratar las fases tempranas de la enfermedad pero que ahora, según Valencia, también sería eficaz para pacientes severos tras liberar el pulmón mediante radiofrecuencia.
“Se sigue insistiendo con fármacos, pero los fármacos tienen su limitación. A esos fármacos hay que ayudarlos, y los ayudamos con radiofrecuencia. Para que fuesen efectivos faltaba una condición no invasiva que activase y modulase el sistema inmune, y ese activador es justamente el sistema de radiofrecuencia”, apuntó Valencia.
“De esta manera podemos generar una respuesta inmune inmediata y conseguir que los fármacos y antivirales que hasta ahora no logran tener efecto en un paciente severo lleguen a donde lo necesita”, añadió.
Hasta 30 pacientes por día
El costo de un aparato móvil de radiofrecuencia puede ser similar a un respirador artificial de alta gama, pero con la ventaja de que puede aplicarse a unos 30 pacientes al día, mientras el ventilador mecánico está conectado permanentemente al enfermo durante semanas a la espera de que su sistema inmune responda por sí solo.
“Imagine la potencialidad y el costo-beneficio que podría tener esta tecnología”, aseguró Valencia, especialmente después de que la segunda ola de contagios ya ha vuelto a dejar casi abarrotadas las salas de UCI de los hospitales de Perú y aún no se tiene una fecha concreta para la llegada de vacunas en gran número.
“Nosotros tenemos una patente nacional que podríamos cederla para solucionar nuestro problema inmediato”, añadió el científico, que durante los últimos años ha desarrollado esta tecnología con apoyo estatal del Fondo Nacional de Desarrollo Científico, Tecnológico y de Innovación Tecnológica (Fondecyt) y el Programa Innóvate Perú.
Pendiente de publicación y ensayo
De momento la investigación está pendiente de ser publicada en una revista científica con el apoyo del vicerrectorado de Investigación de la UNI y luego se buscará el permiso del Ministerio de Salud o del Instituto Nacional de Salud (INS) para un ensayo clínico.
Esta prueba no necesitaría tantos voluntarios como la de una vacuna o un medicamento, pues es selectiva, ya que se puede demostrar su efectividad aplicando la radiofrecuencia en un solo pulmón por persona y evaluando si presenta mejoras sobre el otro pulmón que no ha recibido las ondas.
“Esperamos que toda la comunidad científica se ponga al tanto de nuestros a avances. Estoy dispuesto a brindar esta tecnología a otros grupos de desarrollo del país y además trabajar de manera multicéntrica con otros países”, remarcó Valencia.
“No hay que quejarnos. Hay que avanzar y buscar alternativas. Espero que haya una respuesta internacional donde nos juntemos todos”, concluyó el investigador peruano, cuyo país supera el millón de casos confirmados, de los que casi 38.000 han fallecido.
Por Fernando Gimeno, EFE