El economista habló en la 99.9 destacando la postura de Javier Milei desde lo político y lo económico, lo cuál brinda oportunidades para el país.
La economía Argentina desde la política ha girado sobre si misma desde el momento en que Javier Milei se hizo cargo del gobierno. Eso se evidencia en cada paso del presidente y sobre todo en la búsqueda que tiene el país en el exterior.
El economista Ramiro Castiñeira habló en la 99.9 destacando que Argentina no sale a buscar dinero para tapar sus deudas, sino que ahora sale en búsqueda de inversiones y tratados de libre comercio: “hay un cambio rotundo en lo que es la política exterior de Argentina, que son dos grandes eventos. Uno es el político, porque hay que recordar que hace un año atrás Argentina sólo tenía relaciones, o por lo menos priorizaba sus relaciones, principalmente con las dictaduras de la región. Es decir, esto es hablar de un peronismo siempre coqueteando con la dictadura de Cuba. Después todo el coqueteo que se hizo con la dictadura de Venezuela. Ahora, tenemos una Argentina que condena las dictaduras de la región, y que vuelve a su cultura más de occidente, capitalista, tira por la borda toda la idea del socialismo del siglo 21 y todo lo que conlleva eso en lo político, lo cual no es menor, porque ya directamente te pinta de cuerpo entero”.
Después se suma el plano económico que complementa lo que políticamente se argumenta: “una Argentina que, dado que ya está con equilibrio en las cuentas públicas, cambia la forma de qué hace política en el exterior. Estamos acostumbrados a una Argentina que cada vez que sale es el pedigüeño del mundo. Sale a pedir plata, a ver cuánto le van a dar para poder financiar su enorme estado, el déficit fiscal, y a ver si consigue ahorros en el exterior para poder aflojar con la emisión monetaria y la inflación que genera. El único objetivo siempre es moderar la inflación con el ahorro de terceros o el ahorro de otros países. Ahora que estamos en equilibrio fiscal, cambia la cosa, porque ya no vamos a buscar plata, sino que empezamos a intentar una nueva forma de relacionarse con el mundo, es una Argentina que busca aumentar el comercio entre los países o una Argentina que busca inversiones. Es una Argentina que con equilibrio en las cuentas públicas y sale a buscar acuerdos de libre comercio, algo que hace tres décadas que no firma ninguno”.
El sector energético, para Castiñeira se transformará en la “nueva soja” por lo que le puede dar al país: “hay una nueva oportunidad que está otorgando Vaca Muerta por Argentina que puede terminar en exportaciones por $30.000 millones y por lo tanto ser la nueva soja, en el sentido que la soja termina otorgando un valor de exportaciones en torno a 20.000 a $30000 millones, según cuanto cotiza el poroto. Estamos hablando de que en breve podemos tener una nueva soja entre nosotros y por lo tanto aumentar las exportaciones en una magnitud de $30.000 millones. Esto sucede porque hay un cambio también en lo que es la política energética. Ahora se puede vender a precio internacional en el mercado interno, lo cual estamos hablando un mercado de 50 millones de argentinos, de ciudadanos. Después se le suma el potencial que tiene la exportación, venderle gas al mundo y petróleo al mundo. Y además está el tercer negocio que surge lamentablemente del colapso de Bolivia que llegó a tal magnitud por lo que hizo Evo Morales que ya no puede exportarle gas ni a la Argentina ni a Brasil. Hay un colapso similar a lo que fue PDVSA en Venezuela, una destrucción total de todo el aparato energético”.
Todo está vinculado con el discurso político porque todos estos países que actuaron sistemáticamente, fueron apoyado por Argentina e incluso se seguía el mismo camino: “Argentina fue cómplice, porque en democracia estuvo apañando la dictadura de Venezuela, así como también apañó la dictadura de Cuba hasta hace muy poco. Por eso, es muy importante el cambio en política exterior que tiene la Argentina, parece que ha aprendido esta idea del “Nunca más” fronteras adentro, pero no tenía ningún prurito de estar apoyando las dictaduras en el exterior. Lo mismo que flamean la bandera de los derechos humanos con un cinismo, una hipocresía espectacular, que terminaron apoyando a las dictaduras de Cuba, Venezuela, pero con una liviandad impresionante, recordando que hay muertos y desaparecidos en estos países también”.