El comisario jubilado habló en la 99.9 sobre la detención del Jefe de la Departamental, José Luis Segovia, y señaló que ahora queda en manos de la justicia hasta donde seguirán investigando.
Luego de la detención de José Luis Segovia, Jefe de la Departamental de Mar del Plata, hubo algunos que se sorprendieron. Sin embargo, aquellos que habitualmente leen este medio no tenían lugar para la sorpresa. El responsable de la autoridad policial en la ciudad no sólo tiene una condena firme, sino que estaba acusado de otros delitos y ahora, tras casi 4 años de investigación, se lo termina deteniendo.
Quien desde un principio denunció el accionar de Segovia fue el comisario jubilado Raúl Leguizamón que habló a través de la 99.9 sobre las primeras acciones que el ahora ex jefe departamental realiza en la causa en su contra: “cuando dice voy a declarar porque no tengo nada que ocultar, es mandarle un mensaje a los fiscales con los que tiene vínculos de que tiene mucho para decir. O lo sacan de eso o prende el ventilador. Es casi una extorsión. Se manejan con las leyes de la mafia y hay códigos que rompieron entre ellos. El abogado dice que lo está ensuciando gente que le está dando un vuelto, pero la gente con orden de detención es de su círculo cercano”.
A partir de ahora, hay otra incógnita por develar: ¿hasta donde seguirá investigando la justicia? “Una de las cosas que primero se secuestró fue el teléfono del imputado. Si llegan a abrir ese teléfono, la bola de nieve no debería parar pero hay que ver hasta donde quiere investigar la justicia y hasta donde implicar a los responsables de esta maquinaria”, adelantó Leguizamón.
Es tanta la protección con la que cuenta José Luis Segovia que incluso luego de su detención, los medios se han negado a citarlo en las publicaciones. Los titulares hablan de la detención del Jefe Departamental, pero sólo en contados y pocos casos, se cita su nombre: “el común de la gente por ahí no lee las dobles líneas, pero no se nombra a Segovia. Esto deja en evidencia a los periodistas mismos. La anteúltima barrera de la corrupción es la justicia, es preferible tener un político corrupto que un juez o un fiscal; pero la última barrera es la prensa, ahí se consigue la impunidad total. Cuando se rompe eso, quedamos dos o tres locos gritando en el desierto”.