La UE aprobó la realización de 2.250 test de ADN para detectar carne de caballo en los preparados de vacunos. También buscan identificar un potente antiinflamatorio, la fenilbutazona.Tras el fraude detectado en hamburguesas y lasañas elaboradas con carne de caballo, que salieron a la venta etiquetadas como si contuvieran carne vacuna, los veintisiete miembros de la UE acordaron con la Comisión Europea realizar 2.250 pruebas de ADN en el mercado comunitario para rastrear la presencia ilegal de carne equina en alimentos preparados.
Además, Bruselas, Francia, Reino Unido, Italia y España pidieron otras 150 pruebas de ADN para detectar un potente antiinflamatorio utilizado en caballos, la fenilbutazona. La intención es, según afirman, “tranquilizar al consumidor”.
Para comenzar con el procedimiento, cada país deberá tomar una muestra por cada 50 toneladas y realizar un mínimo de 5 test. Los dos tipos de exámenes se harán durante el mes de marzo, con la posibilidad de prorrogar el plan por dos meses más. Los primeros resultados deberían hacerse públicos el próximo 15 de abril.
Según el portavoz comunitario de Consumo, Fréderic Vincent, “el fenilbutazona es una sustancia que a veces se ha encontrado en productos cárnicos pese a no estar autorizada”. Además, negó que se hallara en las primeras pruebas realizadas este mes en Reino Unido. La Comisión designará un laboratorio que ofrezca un tipo de test de referencia para todos los Estados miembros. El plan podría tener un costo de 3 millones de euros, a razón de 300 euros por test. Italia, principal productor cárnico de la UE, fue la única delegación que votó en contra de la medida.
Aunque la carne de caballo es un producto autorizado en la Unión Europea, debe cumplir una serie de estándares para entrar en la cadena alimentaria. Se estima que en los países de la Unión Europea se consumen unas 110.000 toneladas anuales de carne de caballo; un 30% se importa principalmente de Canadá, México y Argentina.
En Europa, los principales productores son Polonia y Rumanía, aunque los mayores consumidores son Francia, Italia, Países Bajos y Bélgica.