Los conductores serán sometidos a controles para detectar si consumieron estupefacientes; las sanciones serán similares a la alcoholemia.
En Rosario comenzarán a realizarse en la calle test de narcolemia para detectar conductores bajo los efectos de drogas. Así lo definió la intendenta de la ciudad Mónica Fein tras reunirse con el concejal radical Jorge Boasso, autor de la iniciativa.
En un principio, según informó el edil que fue compañero de fórmula de Miguel Del Sel en las últimas elecciones, se llevará adelante una prueba piloto por tres meses, durante los cuales “no habrá sanciones sino acciones educativas”. “Las multas, cuando pase el periodo de prueba, serán similares a las que se aplican por consumo de alcohol”, dijo Boasso a LA NACIÓN.
“El control se realizara en forma simultánea con alcoholemia y durante este periodo únicamente nos centraremos en detectar la conducción bajo los efectos de drogas ilícitas y con un carácter netamente educativo. Al finalizar la prueba, comenzaran las sanciones dispuestas por el código y se sumaran aquellas drogas licitas, pero que impiden un normal desenvolvimiento en la conducción”, sostuvo Boasso, quien aclaró que en este tipo de controles no se va a criminalizar a nivel judicial el consumo de estupefacientes.
La Municipalidad deberá licitar la compra de los equipos necesarios para esos tests. Las pruebas se realizarán mediante un dispositivo que permite detectar drogas psicoactivas en la saliva. Estos controles detectan siete sustancias prohibidas, entre ellas, cocaína, marihuana y heroína.
Los kits consisten en una lengüeta que se apoya sobre la lengua, que absorbe la saliva y en unos minutos arroja el resultado. Una experiencia similar se puso en práctica en la ciudad de Bahía Blanca.