El ex capitán del Rigel señaló en la 99.9 que no hubo fallas de la embarcación, sino que apuntó hacia una situación imprevista: “claramente cuando ocurre algo, es por fallas humanas”.
La experiencia de los armadores y más aún si también han navegado durante toda su vida, es una manera interesante de explicar lo que ha sucedido con el Buque “Rigel”. Después de 30 años navegando, el ex capitán del barco Renato Aleua habló en la 99.9 acerca de su experiencia: “es un muy buen barco”, advirtió.
Respecto de la pesca, agregó que “es una tarea muy competitiva, la decisión siempre es del capitán si se navega o no. A veces sabemos que puede haber mal tiempo y se arriesga si puede ganar dos días. Si uno mirara el pronóstico para trabajar, no trabajaría nunca. Los barcos en general son seguros y están preparados para el mal tiempo”.
Incluso destacó que la zona donde se desapareció, es propensa al mal tiempo: “de ahora hasta octubre la zona donde sucedió lo del Rigel tiene 15 días de mal tiempo al mes. Si tomaramos todas las precauciones, trabajaríamos muy poco. Claramente cuando ocurre algo, es por fallas humanas”, sentenció.
En medio de las acusaciones que recaen en la Prefectura Naval, Aleua indicó que “hacen bien su trabajo, las inspecciones son estrictas. El barco para tener su certificado de navegación tiene que pasar distintas inspecciones y debe tener todo bien para salir y tiene un vencimiento. Prefectura además tiene la potestad de hacer inspecciones extraordinarias cuando quiera”.
Por ello, considera que no hubo un problema con el barco, sino una situación fuera de lo habitual: “en este caso Prefectura no tiene nada que ver. Si el barco tuviera un problema que no se revisó, no puede tardar más de 20 minutos en hundirse. Si uno ve que tiene un peligro, tarda segundos en hacer el anuncio por radio porque está al lado. Si sólo salió el capitán a flote, tiene que haber sucedido algo repentino que los sorprendió”.
El hecho de tener una buena pesca y ganar dinero, hace que a veces las decisiones no sean las mejores. De todas maneras, Renato remarcó que “es una profesión de alto riesgo y los que navegamos sabemos que puede pasar. Somos competitivos y tratamos de meter la mayor cantidad de viajes posibles”.