El dueño de la cadena está de acuerdo con la rebaja de aranceles y las rebajas ya se verán en las sucursales para estas Fiestas.
La eliminación de los aranceles a los productos informáticos, que provocó resquemor en los ensambladores de Tierra del Fuego, es considerada como una “buena medida” por parte de Manuel Ribeiro, presidente de la cadena homónima. “Se encarecieron los productos (tecnológicos) muy fuerte con relación al resto del mundo, y son indispensables, por lo que tienen que ser más accesibles”, explicó el empresario.
Ribeiro factura $ 3.600 millones y experimenta una caída en las ventas del 10% con relación al año pasado. “Hemos vivido muchas crisis en este país, siempre tienen un principio y un final. Hubo un reacomodamiento de precios este año”, señaló este puntano, sociólogo de formación. En Villa Mercedes comenzó el negocio que luego se expandió hasta 80 sucursales. El padre de Manuel, que cruzó la barrera de los 100 años, aún vive en la ciudad de origen.
Aunque el Gobierno anunció que la eliminación del arancel de 35% para la importación de PC, notebooks y tablets será en marzo, en Ribeiro creen que ya podrán verse esos productos a precios rebajados durante las próximas Fiestas. Se trata de la temporada alta para las cadenas de electrodomésticos. “Esto tendrá impacto en el mercado gris, en los consumidores que hoy se van a Chile a comprar estos productos”, precisó Dan Attie, gerente comercial de Ribeiro.
Ribeiro cree que la rebaja de aranceles a los productos tecnológicos importados se debe hacer “con gradualismo”, para no “generar un problema de desocupación” en la industria ensambladora, pero cree en la medida. “Hay que recomponer la transparencia y la lucha contra la corrupción. Necesitamos un mercado transparente”, evaluó. En ese sentido, cree que los datos de importaciones deben ser públicos.
En el ministerio de Producción estiman que los importes actuales caerán a la mitad.
“Estoy a favor de un Estado más abierto y menos prebendario. Antes, teníamos problemas para importar”, agregó Ribeiro. Sin explicitarlo, se refería a las restricciones del kirchnerismo.
Ribeiro posee 14 sucursales en Buenos Aires y el conurbano, pero su fuerte es el interior. “El modelo de abastecimiento está cambiando y es cada vez más federal. Antes, los productos estaban solo en Buenos Aires, ahora se consiguen más en el interior y eso hará que las ventas de la categoría (tecnología) crezcan con fuerza”, agregó Attie.
Los trabajadores informales o que no están en relación de dependencia son objeto de crédito de esta cadena, a través de un programa de cuotas a medida. Para cobrarles y estar al tanto que el proceso de postventa funcione, la firma cuenta con 147 mujeres que se desplazan hasta los barrios donde viven estos consumidores. Sus índices de morosidad son parecidos (o inferiores) a los de empleados formales.
“Es un público al que le gustan las zapatillas Nike y el último smartphone”, describe Ribeiro. En ese sentido, cree que los créditos a través de teléfonos móviles pueden ser un próximo paso para que los préstamos sigan creciendo.