El historiador habló sobre la importancia del General San Martín para la historia argentina y repasó en la 99.9, los hechos por los cuáles febrero tendría que ser el mes sanmartiniano.
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El 25 de febrero es una fecha especial porque se cumple un nuevo aniversario del natalicio del General José de San Martín, algo que no tiene un debido reconocimiento respecto de otros próceres de la Argentina.
El historiador Ricardo De Titto, habló en la 99.9 sobre el motivo por el cuál esta fecha no ocupa un espacio importante: «como no corresponde con el calendario escolar, el nacimiento de San Martín suele pasar inadvertido o no tiene la relevancia que debería. Tenemos una especie de pasión necrofílica de conmemorar a nuestros próceres en el día de su muerte. Belgrano, Güemes, Sarmiento y el propio San Martín siempre se recuerdan en la fecha de su fallecimiento y no de nacimiento. Es difícil sintetizar la importancia de San Martín, pero con decir que es uno de los dos grandes libertadores de América, ya tenemos un título importante para que merezca un reconocimiento histórico».
En base a ello, a través de un artículo publicado, el historiador indica que sería una buena idea declarar a febrero como el mes sanmartiniano por otros hechos importantes de su vida que se dieron en el segundo mes del año: «tuve la idea de sugerir que se considerará al mes de febrero un mes sanmartiniano, porque tenemos las dos grandes batallas en suelo argentino (San Lorenzo y Chacabuco), su nacimiento, más dos decisiones políticas de enorme trascendencia como el de irse a Europa y luego retornar, dos años después».
Justamente fue una decisión interesante la que tomó San Martín al momento de irse al Viejo Continente y luego, cuando regresó, decidió irse nuevamente sin terminar de llegar. De Titto explicó lo que pasaba en ese momento: «estaban puestos los ojos sobre San Martín, tanto por los federales como por los unitarios, aunque más por el bando unitario, en la idea de que fuera una especie de Bonaparte, que mediara entre los diversos grupos, entre las diversas asociaciones, porque no había, en un sentido estricto, partidos políticos todavía. Él no quiso tomar parte de guerras civiles, guerras internas, y entonces decide partir a Europa. Visto que termina la guerra con el Brasil, y la nueva situación política que se abría en enero del 29, intenta regresar. En el viaje se encuentra con el asesinato de Dorrego por parte de Lavalle, lo cual había tensado absolutamente toda la situación política. Era un verdadero golpe de estado contra el gobernador Dorrego, que había firmado el acuerdo de paz, que significaba la separación del Uruguay como nuevo país. Empiezan los combates ya físicos entre unitarios y federales, tanto en Córdoba, por un lado, donde Paz derrota sucesivamente al gobernador y luego a Quiroga, y en Buenos Aires, aunque no muy bien combinados entre ellos, no muy bien articulados. Lavalle también logra un efímero triunfo al asesinar, ejecutar a Dorrego y hacerse de la gobernación de Buenos Aires, pero después es derrotado y manipulado por Rosas, que llega al al poder en fines del 29. En ese ambiente tan convulsionado, San Martín llega y le envían cartas, enviados personales, a tratar de negociar con él, a ver si se animaba o quería hacerse cargo de esa situación tan tensa. Él prefirió no involucrarse y retornó a Europa para no volver nunca más».
Por último, señaló la importancia que tiene para todo el continente el Gral. San Martín y que, por esa razón, debería tener un lugar preponderante: «San Martín, además de ser uno de los más grandes militares de la historia de la humanidad, porque hay que recalcar que cuando se compara su cruce de la cordillera de los Andes con el cruce de Napoleón de los Alpes, hay una diferencia muy importante. La campaña de San Martín se hizo para liberar, no para conquistar. Las otras fueron todas campañas de conquista. San Martín tuvo una estatua de reconocimiento antes en Santiago de Chile que en Buenos Aires, para que tengamos una idea de su dimensión continental, la calle principal de Lima se llama San Martín. San Martín es hombre muy querido en toda la historia del Perú».