Ricardo De Titto: «Juana Manso fue una figura que hizo méritos para ser reconocida»

El historiador habló en la 99.9 sobre el rol que tuvo Juana Manso, al cumplirse 150 años de su muerte.

A 150 años de la muerte de Juana Paula Manso, el historiador Ricardo De Titto creyó conveniente remarcar el papel que tuvo en la historia argentina y que no ha sido valorado lo suficiente, teniendo en cuenta el contexto que se vivía.

En diálogo con la 99.9, De Titto recordó que «en el Siglo XIX las mujeres no tenían ninguna visibilidad, se cuentan con los dedos de la mano y como mucho de las dos manos, las mujeres de vida pública notable en todo el mundo occidental, no sólo en Argentina. Nuestro país tiene el orgullo de tener uno de los primeros diarios feministas del mundo, la Alhjaba se llamaba, que salió en 1830, pero la que creó la publicación jamás firmó ninguna nota. Ahí es donde emerge esta figura, la de Juana Manso, que fue periodista, dramaturga, poeta, esposa de un violinista portugués, de modo que recorrió mundo y conoció EE.UU. y su primer trabajo publicado lo hizo cuando tenía 16 o 17 años, al traducir una historia, una novela sobre una heroína griega que la tradujo del francés. Una persona que Sarmiento un poco la va a impulsar a que abandone la ficción o la literatura y se dedique plenamente a la educación. Dirigió durante 10 años la única publicación, los Anales de la Educación Común, que todavía existe. Después van a estar en el Diario Nación, que va a ser la otra edición que se ha sostenido desde entonces hasta ahora».

A partir de ahí, empezó a bregar por la educación en nuestro país, muchas veces presentada como una colaboradora de Domingo Faustino Sarmiento, pero en realidad hizo cosas muy importantes: «ella fue la primera directora de la primera escuela mixta, porque había un concepto de que las señoritas tenían que ir a unas escuelas y los varones a otra. Y ella fue la que impulsó la existencia de escuelas mixtas. Y efectivamente fue la primera directora y también fue la primer vocal mujer, lo que después va a ser el Consejo Nacional de Educación. La actividad es múltiple, polifacética. Separada de su marido, volvió a Buenos Aires. Escribe, por ejemplo, el primer compendio de historia que se usó como manual en las escuelas. Todo esto lo hizo en el marco de una sociedad de hombres, de varones, en los que las mujeres no tenían prácticamente derecho cívico, no podían salir solas a la calle, por ejemplo, era considerado algo de prostitutas estar solas en la calle».

Históricamente, no hubo nunca un reconocimiento de la tarea de algunas mujeres que se destacaron en la historia argentina, como el caso de Juana Manso: «hubo un principio de reivindicación al bautizar las calles de Puerto Madero con varios de esos nombres, pero no estuvo acompañado de la publicidad suficiente sobre el rol de esos personajes. Eduarda Mancilla, por ejemplo, de la familia de los Mancilla, que eran parientes de Rosas, es una escritora muy sobresaliente, sus notas de viaje son también muy interesantes. O sea, hermana de Lucio Víctor Mancilla, de «Una excursión a los indios ranqueles». A él lo conoce todo el mundo, a ella no la conoce nadie. Algo parecido pasa con Juanita Manso, a quien han ubicado un poco como la colaboradora de Sarmiento cuando fue una de las que en contacto y articuló la venida de las maestras norteamericanas que son fundadoras del sistema educativo argentino, en forma decisiva. La actividad de Juana Manso, que como no podía ser público, llegó a tan ridículo la situación que una vez, para otorgarle un cargo, Sarmiento hizo una treta y escribió la designación como Juan Manso para que se la firmaran porque si no la resistencia del medio social era que no le permitían tener cargos públicos».

También tuvo que luchar contra los hombres que no querían que las mujeres ocuparan esos espacios y eso la llevó a hacer mucho más valiosa su figura: «daba conferencias sobre el rol de la mujer en la sociedad sobre los derechos civiles, que tienen antecedentes en la Revolución francesa. La declaración de los derechos de la mujer de Mary Wollstonecraft, la madre de Mary Shelley, la que escribió el libro sobre Frankenstein. Daba esas conferencias y se las boicoteaban. Son casi actividades de una heroína blandiendo la espada de la educación y de los derechos sociales. Pero por supuesto, claramente incomprendida».