Ricardo Rodríguez: «Hace falta que los docentes se preparen para el uso de la Inteligencia Artificial en la educación»

El Investigador del Conicet y doctor en Ciencias de la Computación habló en la 99.9 sobre la necesidad de aplicar tecnologías en la educación.

La aplicación de la Inteligencia Artificial en la vida cotidiana es un desafío para la sociedad porque además, se ha generado una especie de mito sobre lo que tendría para aportarle a la tarea cotidiana de los humanos.

Sin embargo, hay ámbitos como la educación donde los especialistas afirman que sería una herramienta muy importante, siempre y cuando esté bien aplicada. Así lo indicó el Investigador del Conicet y doctor en Ciencias de la Computación, Ricardo Rodríguez, en diálogo con la 99.9: «Hoy la Inteligencia Artificial tiene un impacto muy alto en particular en nuestros adolescentes y en nuestros jóvenes. Usan la tecnología mucho más que los padres y que los docentes que están a cargo de esos alumnos, lo cual genera un conflicto generacional muy importante, una distancia generacional muy importante. Para mejorar la formación de estos jóvenes y niños, hace falta incorporar tecnología, y hace falta que los docentes se preparen para eso. El problema con Conectar Igualdad, que no era una mala idea, es que los docentes no terminaban de formarse para usar esa herramienta de forma apropiada».

Justamente este tipo de políticas podría haber servido mucho más y la inversión tener un fin mucho más importante, si se hubiera brindado una formación adecuada: «El Ministerio de Educación tenía un link de actividades, de gente que generaba programas y acciones alrededor de Conectar Igualdad. O sea, había todo un grupo de gente que lo que armaba eran documentitos y material para poder sostener didácticamente la integración de las computadoras en el aula, pero finalmente no llegaban, llegaban tarde, o llegaban mal, o no había programas de la educación. Imagínate eso con la programación, que es una cosa que hoy por hoy está perfectamente descripto cómo enseñarlo. Hay toda una tradición de cómo enseñar a programar, mucho más con una tecnología como la inteligencia artificial, que todavía no está completamente madura, y mi principal preocupación es que hoy toda la formación de conocimiento pasa por las grandes empresas. Las universidades no están en condiciones de generar buena investigación en inteligencia artificial, porque hace falta mucha infraestructura, y no tenemos acceso a esa infraestructura. Hace falta una capacidad de cómputo que hoy no es posible tener en una universidad».

El problema principal de la inversión también resulta clave, pero para eso, primero hay que romper con muchos condicionamientos que existen sobre la aplicación de la tecnología: «Hay mucha resistencia porque como ChatGPT permite hacer consultas y generar, y en general anima la pereza, porque mucha gente dice no voy a gastar 5 horas en hacer un reporte que me pidió la profesora o una redacción, se la pido ChatGPT y yo me uso esas 2 horas para postear cosas. Esa es la dinámica y hay que romperla, hacer alianzas con los alumnos. Muchos docentes a veces rechazan la tecnología porque no la entienden o porque les da miedo. Yo creo que hay que romper con eso y hay que hacer que los que los alumnos, los jóvenes, entiendan que no pueden regalar sus datos. Ahora tenemos una situación a nivel mundial, la gente cede sus datos para bajarse una aplicación, para poder acceder a una app de juego, de lo que sea. Venden la mitad de sus datos, es una barbaridad eso. Como no hay regulación, eso se permite», advirtió finalmente.