El titular de la Asociación Frutihortícola de Productores y Afines de General Pueyrredón indicó en la 99.9 que el momento que vive el sector es delicado y necesitan respuestas rápidas: “la respuesta se hace lenta y la situación es crítica”; advirtió.
A pesar de exponer la situación públicamente e incluso tener reuniones con autoridades, el sector frutihortícola de Mar del Plata no encuentra soluciones concretas a las problemáticas que, con el correr del tiempo, empiezan a profundizarse.
Así lo expresó Ricardo Velimirovich, titular de la Asociación Frutihortícola de Productores y Afines de General Pueyrredón a través de la 99.9: “nunca arranca y cuando trata de arrancar siempre hay una falla en el camino”, dijo sobre las soluciones prometidas. “Hace varios años que venimos trabajando para visibilizar el sector, pero la respuesta se hace lenta y la situación, crítica”, remarcó luego.
En ese contexto, hay gastos puntuales que complican aún más la producción como el aumento en el costo de la luz: “la electricidad es el único servicio que tenemos en nuestra puerta, sin luz para generar el agua no tenemos producción. Hay boletas en promedio de 3.000 o 4.000 pesos que se fueron a 20.000. Ese valor no lo podemos llevar a la producción porque no ponemos los precios del mercado”, explicó.
Si bien la tarifa no tiene un impacto en el precio que cobra el productor, tampoco hubo aumentos significativos durante el último lustro y eso atrasa aún más la cadena: “el tomate y la lechuga, por ejemplo, se está vendiendo en el mismo precio de los últimos 5 años. El productor, en el camino, siempre pierde porque tiene valor de semilla en dólares e invernáculos cuyos elementos se pagan en dólares. Además por cuestiones climáticas, el productor ya no tiene dinero de respaldo”.
Lo llamativo es que, teniendo en cuenta estas circunstancias, el producto es de primer nivel y se podría tener una planificación que lleve a mayores exportaciones: “en calidad estamos en condiciones de exportar cuando queramos porque estamos a nivel europeo. Necesitamos mejor tecnología para vender mejor. Lo que falta es el valor comercial de venta, el problema es subsistir en el mientras tanto”.
Velimirovich, cansado de repetir los argumentos, lo único que pretende es que se aborde el tema: “no necesitamos ningún milagro, sino que nos escuchen y acompañen para trabajar mejor. No se necesitan nuevos inventos, sino trabajar sobre los problemas que tenemos”.
Una de las herramientas importantes que podrían tener es incluirlos dentro de la oferta de temporada veraniega: “no es común en ningún lugar del mundo que paralelamente con la temporada de verano, una ciudad tenga temporada productiva. Eso no se está promocionando y es muy duro para un sector en situación de crisis”, concluyó.