El embajador brindó su opinión en la 99.9 luego del decreto chileno sobre la plataforma continental del país trasandino.
El decreto del presidente de Chile, Sebastián Piñera, que amplió la plataforma continental del país trasandino en los mares australes de modo tal que se superpone con la delimitación territorial argentina votada por el Congreso en 2020; generó una fuerte controversia.
El embajador Roberto García Moritán dio su opinión en la 99.9 de un hecho que definió como previsible: “es una situación que uno debe tener en la cabeza como probable, sobre todo que es una relación que si bien existen lazos de cordialidad desde hace algunas décadas, no existe una confianza plena. Generar una situación de sorpresa no es una buena señal diplomática de confianza. Se pone en manifiesto una relación que tiene siempre un dejo de desconfianza porque lo que uno debe observar comportamientos y se anticipa a eventualidades”.
Ya en el propio mapa que publicó Argentina el año pasado, el especialista en diplomacia indicó que se debían prever estas situaciones: “es algo esperable por parte de ellos que responden a patrones de comportamiento diplomático tradicional de los últimos 100 años. Estaba dentro de las probabilidades que Chile hiciera algo de esta naturaleza, me pareció que ha agarrado a la Argentina demasiado sorprendida”.
Una vez más, con esa sorpresa queda en evidencia que se ha deteriorado la capacidad diplomática del país: “hay una anemia diplomática argentina y sin duda, no está conducida por un hombre con experiencia, con olfato diplomático y con conocimiento de las circunstancias geopolíticas en las que se mueve el mundo de hoy. El segundo aspecto es la política interna chilena que es muy complicada. Estamos ante un hecho que pone de manifiesto circunstancias casi constantes en la relación con Chile cada tanto. No hay tema limítrofe que no sea espinoso y en este caso han avanzado en contra del acuerdo de 1984. En la presentación del decreto chileno hay cierta falta de solidez jurídico demasiado clara si uno tiene en cuenta lo sólido que es en general el tratamiento de chileno de estos problemas”.
La salida del conflicto se debería dar por las vías diplomáticas porque puede terminar aún peor: “habrá que sentarse a conversar, a oírlos y empezar el proceso para evitar que esta situación crezca. Estos temas territoriales pueden empezar con cuestiones que parecen solucionables fácilmente y se van complicando. Va a ser un proceso que va a tener ese aspecto de orden interno de un país y del otro, donde dar marcha atrás es siempre complicado”.