Las revolucionarias técnicas de cirugía robótica, que comenzaron a extenderse a partir del 2007 desde Estados Unidos y en España, son cada vez más utilizadas.
Una Unidad de Cirugía Robótica consta de dos elementos: una sofisticada consola de imágenes tridimensionales manejada por el cirujano y un robot con cuatro brazos articulados. Desde la consola, los cirujanos operan de manera virtual. Con una especie de joystick, el médico transmite los movimientos de sus manos a los cuatro brazos del robot que se encuentra situado junto al paciente. Cada uno de los brazos mecánicos termina en una pinza de dimensiones milimétricas capaz de manejar diversos instrumentos, tienen el diámetro de un lápiz grueso y se introducen en el cuerpo de los pacientes a través de una pequeña incisión. El robot corta, separa, pinza, coagula y sutura como si tuviera manos humanas, pero sin su temblor característico.
La cirugía robótica sirve para operaciones de gran complejidad, como la extirpación de tumores cancerígenos. Según los expertos, supone una invasión mínima y una alta precisión en el proceso quirúrgico, lo que facilita una recuperación más rápida. Así, en el caso de tener que aplicar un tratamiento complementario como quimioterapia o radioterapia, las sesiones pueden comenzar antes y eso aumenta la efectividad de las intervenciones.
“Hay ocasiones en que las manos no nos caben bien. La robótica nos permite trabajar a profundidades difíciles de abordar de otra manera. Esta técnica aumenta mucho nuestro margen de movimiento. Además, la precisión es absoluta”, explican los especialistas.
Sin embargo, la pérdida del tacto es uno de los inconvenientes que presenta este tipo de operaciones. Pero la tecnología relacionada con la simulación del tacto, mediante la aplicación de sensores en el instrumental, evoluciona con rapidez.
Entre otras ventajas, las cirugías robóticas generan un ahorro a la instituciones ya que permiten una menor estancia hospitalaria, menos complicaciones, menores necesidades de fármacos y transfusiones, y un porcentaje mínimo de reingresos.