El director del ISEPCI en Mar del Plata habló sobre el trabajo que presentaron con cifras alarmantes de las necesidades que tiene la ciudad.
El nivel de pobreza e indigencia en Mar del Plata es un motivo de preocupación porque los números son cada vez más altos y hay variables en la vida cotidiana de las personas que a futuro no parecen más que agravarse.
El ISEPCI de Mar del Plata, realizó un trabajo que les llevó todo un año de análisis de datos para determinar que más de un 60% de las familias que concurren a comedores comunitarios están por debajo de la línea de indigencia. El director de la entidad, Rodrigo Blanco, habló al respecto a través de la 99.9 indicando que “presentamos un indicador familiar de acceso a derechos donde relevamos a 773 hogares haciendo visitas presenciales en julio y agosto de 2022 y recién terminamos de relevar los datos. Fueron más de 70 preguntas a cada grupo familiar que son los que se alimentan al menos una vez a la semana en comedores comunitarios de Mar del Plata y Batán. Fueron encuestas en 28 espacios comunitarios de 21 barrios distintos”.
Luego de esa presentación del trabajo, señaló que “el primer dato llamativo es el nivel de ingreso de las familias. Casi el 100% de los hogares relevados están por debajo de la línea de pobreza y un 60.7% está por debajo de la línea de indigencia, es decir que no completan la canasta básica de alimentos. También preguntamos si había ingresos que provengan de los programas sociales y 9 de cada 10 encuestados perciben algún tipo, incluidas la AUH y la Tarjeta AlimentAR. Aún así no se alcanza la línea de indigencia siquiera”.
Además, son muchas las familias que poco a poco van perdiendo la posibilidad de tener un plato de comida en su mesa y es otro problema que pudieron medir: “tenemos un programa que aborda fuertemente al derecho a la alimentación y encontramos el dato más preocupante que es un 74.3% con inseguridad alimentaria, es decir de la reducción de porciones o la supresión de comidas de forma involuntaria”.
Si bien hay mucha ayuda alimentaria que se vuelca a los comedores, tampoco parece ser suficiente para necesidades cada vez más grandes: “la ayuda alimentaria no es suficiente y la calidad del alimento que se distribuye no es el adecuado para una buena alimentación. Otro dato es que en el 84.6% no hay ningún integrante del hogar que tenga un empleo registrado”.