Por primera vez, se abrió una grieta por el deshielo. Ya la está transitando un carguero chino, que llegaría a Holanda 13 días antes de lo que lo haría por la vía habitual.
El carguero chino Yong Sheng partió el pasado 8 de agosto del puerto de Dalian con rumbo a Rotterdam, Holanda. Pero no se trata de un viaje más. Es el primer barco que utilizará una nueva ruta que apareció en el Ártico como consecuencia del deshielo provocado por el cambio climático.
Ese nuevo paso, si el fenómeno se afianza, podría convertirse en habitual a mediados de siglo. El barco, de 19.000 toneladas, pertenece a la naviera Cosco (la sexta más grande a nivel mundial) y espera llegar al puerto holandés en unos 35 días, y no en 48 como requiere la ruta habitual que enlaza Oriente y Occidente a través del Océano Índico y el Mar Mediterráneo, con paso obligado por el Canal de Suez.
“Hay una evidente concientización de políticos e investigadores sobre las consideraciones estratégicas, políticas y económicas del deshielo del Ártico”, señala Linda Jakobson, científica del Instituto de Investigación por la Paz de Estocolmo, quien elaboró en 2011 un estudio sobre las consecuencias del efecto invernadero en el Polo Norte. Desde ese año, viene anticipando que “en cualquier momento se abre un nuevo camino entre los hielos árticos”. Efectivamente, el momento llegó.
La novedad tendrá fuertes consecuencias a nivel económico, porque influye en las rutas marítimas estratégicas utilizadas para el comercio mundial. Solo por señalar un ejemplo: en los últimos años, China no ha ocultado un acercamiento a los países nórdicos, especialmente hacia Islandia, con la que firmó este año su primer tratado de libre comercio con una nación europea.
Los expertos ven cada vez más cercano el momento en que el calentamiento global abra totalmente la ruta ártica en verano, sin ayuda de los rompehielos. China, con seis de los diez puertos con mayor tráfico del mundo, es uno de los más interesados en explorar esta posibilidad.
A través de la ruta ártica esperan ahorrar costos de combustible, escalas y las tasas de paso del Canal de Suez, así como obtener mayor seguridad durante los recorridos ya que en los últimos años el camino habitual ha sido afectado por los piratas somalíes en el golfo de Adén.
Exploradores españoles como Dionisio Alcalá Galiano, Francisco de Eliza o Juan Francisco de la Bodega y Quadra buscaron rutas árticas a través del estrecho de Bering a finales del XVIII, aunque el primero en llegar desde Europa hasta Extremo Oriente por aguas polares fue el sueco Adolf Erik Nordenskiold, en 1879. China es uno de los países más interesados en el paso del Ártico. Rusia también ha apostado fuerte: planea la construcción de varios puertos en su larga costa septentrional.