Fue el jueves en una base cerca del Ártico. Hay al menos 7 muertos. En una ciudad aledaña aumentó 20 veces la radiación. El ensayo era en una plataforma marina.
Después de dos días de silencio, Rusia reconoció este sábado que la explosión ocurrida el jueves en una de sus bases de lanzamiento de misiles cerca del Ártico involucró un proyectil de carácter nuclear, con un saldo de al menos siete muertos. Cinco de las víctimas son civiles, técnicos que trabajaban en la base, y dos militares. Además hay tres personas que sufrieron quemaduras.
“Los especialistas de Rosatom (la Corporación Estatal de Energía Atómica) y del Ministerio de Defensa fallecieron como consecuencia de la explosión del motor experimental de combustible líquido”, confirmó la cartera en un comunicado difundido por la agencia RIA Novosti.
“El ensayo del misil se llevaba a cabo en una plataforma marina. Una vez terminadas las pruebas, el propulsor del misil se incendió y posteriormente explotó, causando una onda de choque que arrojó a varios de nuestros especialistas al mar”, reveló Rosatom.
La prueba fue conducida en una “plataforma marítima”, señalaron las autoridades, a lo largo de las costas de la base militar de Severodvinsk. La empresa rusa agregó un dato particular: sus especialistas estaban “realizando investigaciones sobre la propulsión de misiles con radionucleidos (nucleido radiactivo)”.
En Severodvinsk se encuentra una de las principales instalaciones de investigación y desarrollo de la Marina rusa, donde se construyen y prueban misiles balísticos, intercontinentales y de crucero. Allí está también la base de ensamblaje para submarinos atómicos y convencionales.
La información que trascendió sugiere que la explosión puede tener que ver con el desarrollo del misil de propulsión nuclear Buresvestnik 9M730. Se trata, según algunos medios británicos, de una de las nuevas “súper armas” que Vladimir Putin quería para compensar la fuerza militar de Estados Unidos en un escenario posterior al INF, el tratado de armas nucleares intermedio.
El pasado 2 de agosto Washington rompió con Moscú y se retiró formalmente del INF, que había sido firmado en 1987 por Ronald Reagan y Mijail Gorbachov. Para hacerlo, argumentó que durante años Moscú desarrolló armas que violan el tratado y amenazan a EE.UU. y a Europa.
La explosión del jueves provocó una fuerte conmoción en Severodvinsk, ciudad de 190.000 habitantes ubicada a unos 30 km de la base, por el temor a una exposición a radiación.
El Ejército ruso y un vocero del gobernador regional declararon el jueves que “no hubo contaminación radiactiva”, pero la alcaldía de Severodvinsk aseguró en su portal de Internet que sus detectores “registraron una breve alza de la radiactividad”. Llamativamente, este comunicado se retiró pocas horas después.
Un responsable local de defensa civil, Valentin Magomedov, declaró a la agencia de prensa rusa TASS que el nivel de radiación subió hasta a 2,0 microsieverts por hora durante treinta minutos, por encima del límite reglamentario de exposición de 0,6 microsieverts por hora.
El sábado, Greenpeace Rusia publicó una carta de responsables de un centro de investigación nuclear que daba la misma cifra, pero afirmando que las radiaciones duraron al menos una hora, sin que ello represente riesgos para la salud.
Los habitantes de Severodvinsk corrieron el viernes a las farmacias para comprar yodo o productos con ese elemento químico, que se usa para limitar los efectos de la radiación. “Los acontecimientos de ayer (jueves) conmovieron a la ciudad. La gente entró en pánico. En una hora vendimos todos los stocks”, declaró una farmacéutica de la ciudad, Elena Varinskaya, que distribuyó “fichas con las reglas a seguir en caso de contaminación radiactiva”.
Varios medios rusos, entre ellos el digital Baza, informó que seis heridos en el incidente presentaban síntomas de exposición a la radiación. Incluso agregó que fueron trasladados en helicóptero hasta el Centro Biofísico Nacional de Burnazyan, y que su ropa fue quemada.
Otro episodio llamativo es que Rusia cerró una bahía en el Mar Blanco al tráfico civil durante un mes, generando especulaciones de que el agua podría haber sido contaminada o que se estaba iniciando una operación de búsqueda.
El hecho de que haya habido radiación en la zona sugiere a los expertos que en la base muy posiblemente estaban experimentando el poderoso Buresvestnik, cuyo alcance es casi ilimitado.
“Los propulsores de combustible líquido que explotan no emiten radiación. Sabemos que los rusos están trabajando en algún tipo de propulsión nuclear para un misil de crucero”, apunta Ankit Panda, un especialista de la Federación de Científicos Americanos.
El peor accidente nuclear de la historia tuvo lugar en 1986 en la Unión Soviética, en la central ucraniana de Chernóbil, y las autoridades fueron acusadas de haber ocultado durante semanas la amplitud del desastre para evitar el escándalo.