Cinco años después de la anexión, Crimea parece cada vez más una provincia rusa. El primer ferrocarril de pasajeros San Petersburgo-Sebastopol cruzará el estrecho de Kerch el día 25.
“Krim nash [Crimea es nuestra]” es el grito de cabecera del patriotismo ruso y su vertiente más nacionalista desde 2014. En marzo de aquel año soldados rusos tomaron la península facilitando la organización de un referéndum de secesión. Si algo faltaba para que los rusos sintiesen totalmente ese territorio como parte de su país era el ferrocarril, que ha sido inaugurado hoy. El presidente ruso, Vladimir Putin, ha presidido en la ceremonia inaugural del tramo ferroviario del puente sobre el estrecho de Kerch. Cinco años después de la anexión declarada ilegal por Occidente, Crimea tiene ya menos pinta de colonia y más aspecto de provincia rusa.
La península de Crimea y la parte continental de Rusia están conectadas por el puente más largo de Europa (19 kilómetros) que ya fue abierto para los coches en mayo de 2018. El primer tren de pasajeros San Petersburgo-Sebastopol cruzará el estrecho de Kerch el 25 de diciembre. Para mayor ensalzamiento patriótico, durante su paso por el puente la iluminación de sus arcos imitará los colores de la bandera nacional de Rusia. Hasta la construcción de ese puente (que ha costado unos 3.600 millones de euros) Crimea no tenía conexión por tierra con el país que se la anexionó en 2014. Este aislamiento ha ocasionado problemas de agua, luz y de suministros, con un Gobierno ucraniano poco dispuesto a colaborar tras la injerencia rusa en su territorio.
Gran Service Express es la compañía que opera esa ruta. La gran compañía de ferrocarriles estatal, RZhD, igual que otras empresas rusas, evitan operar en una zona sujeta a control y vetos desde fuera del país.
Bajo las sanciones de la UE, las empresas europeas y hasta los ciudadanos privados tienen prohibido invertir en Crimea, incluido en su transporte e infraestructuras. Esto ha ocasionado problemas a la hora de dotar de trenes a la compañía ferroviaria de Crimea, que ahora pertenece al estado ruso. Hasta el punto que el Ministerio de Transportes no ha podido explicar de dónde proceden los 176 locomotoras y vagones que ha transferido a la entidad.
BILLETES A LA VENTA
La venta de billetes empezó el pasado viernes. El primer tren de pasajeros, operado por la compañía Grand Service Express, partió de San Petersburgo hoy a las 14.00 hora local, informa la agencia Sputnik. Los pasajeros disfrutarán de un inédito viaje de 43 horas por 3.650 rublos (52 euros). Los primeros trenes de Moscú partirán hacia la capital de Crimea, Simferopol, el 24 de diciembre, con billetes que a partir de 2.966 rublos (42 euros) para un viaje de 33 horas.
Como dijo el secretario de prensa del Kremlin, Dimitri Peskov, el presidente “viajará luego desde Crimea al territorio de Krasnodar en tren charlará por el camino con los trabajadores que construyeron el puente”.
Las autoridades de Crimea esperan que la apertura de la conexión ferroviaria relance el turismo a la península, que el año pasado recibió 6,8 millones de visitantes. Crimea también es candidata para una nueva ronda de exenciones fiscales e incentivos de inversión, para apoyar así la industria turística de la península, según el diario ruso ‘Kommersant’.
La anexión de la península no ha sido reconocida por la mayoría de los países. La anexión le ha salido cara a Rusia, que ha invertido miles de millones en infraestructuras y ha pagado el coste de las sanciones por hacerse con ese territorio ignorando al Gobierno ucraniano. Los analistas de Bloomberg Economics estiman que las sanciones se han comido hasta un 6% de la economía de Rusia en los últimos cinco años. El número de compañías y ciudadanos rusos que están sujetos a las sanciones de Estados Unidos se ha cuadruplicado hasta llegar a más de 700 desde 2014, según un cálculo de la misma agencia en marzo de este año. Pero los rusos por fin pueden viajar a este extremo de su territorio, que perteneció a Rusia dentro de la URSS hasta 1954, sin tomar un barco ni un avión. Usando el mismo medio de transporte que a principios del siglo XX conectó el país con su extremo oriente y lo vertebró de oeste a este: el ferrocarril.