El Kremlin asegura que han concluido con éxito sus maniobras militares.
El ministro de Defensa ruso, Serguey Shoigú, ordenó este jueves durante una reunión con la plana mayor del Ejército en la península de Crimea el repliegue de las tropas que habían sido desplegadas en el sur y el oeste del Rusia para maniobras militares, movimiento que debería empezar a lo largo del día de mañana.
Según palabras del propio ministro “los objetivos de los ensayos sorpresa se han logrado completamente y las tropas han demostrado la capacidad de garantizar una defensa segura del país”. La recién ordenada operación de vuelta a las bases debería estar completada antes del próximo uno de mayo y devolvería a sus cuarteles permanentes al 58 Ejército del distrito militar sur, el 41 Ejército del distrito militar central y las divisiones aerotransportadas 7, 76 y 98. El ministro Shoigú emplazó a los altos mandos de su ejército a no bajar la guardia y “continuar el seguimiento” en las zonas donde han tenido lugar los ejercicios. “Hay que estar listos para reaccionar de inmediato en caso de un desarrollo desfavorable de los acontecimientos”, aseveró el ministro.
El movimiento de repliegue ordenado relaja la tensión vivida hasta el momento en la frontera ruso-ucraniana, que había sido considerada por Kiev como una amenaza de guerra entre los dos países. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, que llegó a pedir el auxilio de la OTAN y de los Estados Unidos elevando aún más el nivel de tensión en la zona, respiraba hoy tranquilo nada más recibir la noticia y escribía en su cuenta de Twitter que “la reducción de tropas en nuestra frontera conduce a una reducción proporcional de la tensión. Ucrania sigue vigilante, pero se felicita de cualquier medida que tienda a reducir la presencia militar”. El propio Zelenski habría propuesto un encuentro cara a cara con el presidente ruso, Vladimir Putin, con el fin de evitar un conflicto armado, de consecuencias impredecibles para un país como Ucrania, que atraviesa una profunda crisis económica y cuyo ejército se encuentra mermado desde el comienzo de la guerra del Donbás en primavera de 2014.
El propio presidente Putin durante su discurso sobre el estado de la nación pronunciado el pasado miércoles expresó su deseo de tender puentes con Occidente, sin que ello tenga que verse como una muestra de debilidad por parte de Moscú. Un día después, el Kremlin ha pasado de las palabras a los hechos. Estados Unidos y la Unión Europea habían pedido a Rusia la retirada de las tropas en la frontera con Ucrania, algo que el presidente norteamericano, Joe Biden, reiteró a Putin en una conversación telefónica mantenida recientemente.
Por parte europea, también involucrada, el alto representante de la UE para la política exterior, afirmaba el pasado lunes que Rusia había posicionado en la zona colindante con su vecino ucraniano a más de 150.000 soldados rusos, entre la frontera este y la península de Crimea, ante lo cual Moscú respondió que, como país soberano, es libre de desplegar sus fuerzas armadas en su propio territorio y fronteras según estimen conveniente.