Por unos pocos cientos de euros, canales de televisión rusos pueden comprar “expertos” en Alemania. Un periodista ruso le cuenta al corresponsal DW, cómo y por qué lo hacen.
Roman Dobrochotov no tiene miedo de dar su nombre, a pesar de las cosas que él cuenta, podrían costarle su libertad o incluso su vida. Dobrochotow se describe a sí mismo como “periodista y activista”. Y agrega que “en Rusia es normal querer ser un buen periodista”.
¿Y si no se es? “Entonces puedes comprar las opiniones y los entrevistados”. Así como lo hizo el canal de televisión ruso “Pervij” en el caso de “Lisa”, una chica de descendencia rusa en Berlín, que fue presuntamente raptada y violada por refugiados, pero que en realidad, se había escondido donde un conocido suyo por temor a las represalias de sus padres, debido a su mal rendimiento en la escuela. Según Roman Dobrochotov, el caso Lisa no es aislado. La televisión rusa produce constantemente reportes que buscan desacreditar a inmigrantes y refugiados en Europa. Un táctica que Dobrochotov llama “Noticias de artillería”.
El 14 de enero, por ejemplo, el canal de televisión “Zvezda” lanzó una nueva advertencia sobre el presunto apocalipsis moral en Europa. El título del reportaje: “Europa: la paradoja de la tolerancia”. Una de las protagonistas: una tal Viktoria Schmidt, de Alemania. Con voz temblorosa, la supuesta testigo cuenta de supuestos crímenes de los refugiados. Y es tanto el temor que dice tener, que ahora anda armada con gas pimienta. De hecho, ella y su marido planean regresar a Rusia, porque la vida en Alemania se ha vuelto insoportable.
“Lo perverso es que Viktoria Schmidt no existe”, cuenta Dobrochotov y agrega que “la mujer se llama realmente Natalia Weiß, vive en Hannover y es una especie de agente, que consigue falsos testigos en Alemania para los canales de televisión rusos. Y a veces aparece ella misma como testigo”.
Roman Dobrochotov sabe de quién habla. Él mismo buscó a la mujer y la llamó, haciéndose pasar por productor de televisión rusa en busca de testigos falsos. Ella dijo estar dispuesta a todo, no importara lo que fuera. Y contó que algunos canales pagaban hasta 1000 euros. La grabación de la conversación telefónica la publicó Dobrochotov en el portal “The Insider”.
Campaña de Putin contra los refugiados y Merkel
Lo que para unos es dinero fácil, para los televidentes de esos canales es tomado como una amarga verdad sobre Alemania. Hasta seis millones de rusos en Alemania ven este tipo de “noticias” desde Rusia. ¿Qué hay detrás de ello? Todo parece una estrategia de los canales rusos leales al régimen de Putin en la que “el Kremlin lucha contra Occidente, contra Alemania”, dice Roman Dobrochotov y explica la trama: “El presidente Putin la emprende contra la canciller Merkel. Putin bombardea Siria y obliga así a más sirios a huir hacia Alemania. En Alemania, la comunidad de inmigrantes rusos son movilizados contra los sirios. Instando y organizando protestas callejeras. Al final, en Alemania se pierde la confianza en Merkel, que, según ellos, debe abandonar la cancillería”.
Roman Dobrochotov cree, empero, que el plan no le funcionará a los rusos. No es un secreto que el Kremlin promueve y financia grupos ultranacionalistas como la “Internacional Negra”, agrupaciones que, entre otros, han organizado manifestaciones contra Merkel.
Un colectivo de periodistas críticos
Al final de cuentas, si Merkel cae, los alemanes elegirán al o la canciller que ellos quieren y al o la que el Kremlin quiera. Y ese o esa canciller será todo menos ultranacionalista, cree el periodista y activista Dobrochotov, agregando que “muchos inmigrantes procedentes de Rusia están conmocionados por las manifestaciones contra Merkel. Antes estaban orgullosos de venir de Rusia, uno de los países que ayudó a liberar a Alemania de la dictadura nazi. Ahora temen ser asociados con los neonazis”.
“El Independiente” es un pequeño grupo de periodistas e investigadores independientes en Moscú, que se financia por “amigos”, cuyos nombres Dobrochotov prefiere no mencionar. Dicho colectivo informa sobre temas incómodos como presos políticos, el asesinato de Alexander Litvinenko, intrigas de la Iglesia ortodoxa rusa o rusos en Alemania que le venden falsos testimonios a los medios que respaldan el Gobierno de Putin.
¿Teme por su vida? es nuestra última pregunta a Roman Dobrochotov, a la que nos responde: “Somos demasiado insignificantes para las autoridades. Tenemos más de un millón de clics al mes. Al Kremlin solo le interesan los medios que reciben más de medio millón, por día”. Aún así, preferimos no decir en qué lugar de Moscú nos vimos.