Sajid Javid, hijo de inmigrantes, nuevo ministro del Interior británico

El político, que apoyó la permanencia en la UE de manera tibia, sustituye a Amber Rudd, quien dimitió por su gestión de la crisis desatada por las polémicas políticas migratorias del Gobierno de May.

Theresa May ya ha nombrado nuevo ministro del Interior, después de la dimisión el domingo por la noche de Amber Rudd, caída por sus contradicciones en las respuestas a la crisis por las polémicas políticas de inmigración en el Home Office. Sajid Javid, hasta ahora ministro de Comunidades, Gobierno Local y Vivienda, será quien recoja la cartera que la propia primera ministra portó desde 2010 hasta que en julio de 2016 se trasladó a Downing Street tras el terremoto político provocado por la victoria del Brexit en el referéndum.
Javid, de 48 años, hijo de un conductor de autobuses paquistaní que llegó a Reino Unido en los sesenta, es el primer político perteneciente a una minoría étnica que se pone al frente del Home Office. Su nombramiento tiene algo de guiño a los más críticos con la dureza de las políticas migratorias de los últimos Gobierno conservadores. Este mismo fin de semana, hablando sobre el trato recibido por la generación Windrush, las personas de países caribeños llegadas a Reino Unido desde los años 60 como ciudadanos británicos que en los últimos años han experimentado la mano dura de los oficiales de inmigración, Javid dijo: “Pensé que podría haber sido mi madre, mi padre, mi tío… podría haber sido yo”.
La salida de Rudd, una de las voces proeuropeas más altas en el Gonierno, rompía el equilibrio entre los partidarios del Brexit suave y los que defienden una ruptura radical, en un momento clave en las negociaciones con la UE. El Gabinete se dividía en dos mitades de cinco ministros, de modo que Theresa May rompía el empate. El nuevo ministro del Interior, que también estuvo al frente de los ministerios de Empresas (2014-2015) y de Cultura (2015-2016), apoyó la permanencia en la UE, pero su postura siempre ha sido más tibia que la de Rudd y se le tiene por un político esencialmente euroescéptico. “De alguna manera”, llegó a decir tras el referéndum, “todos somos partidarios del Brexit ahora”.
Javid, que trabajó en la banca de inversión antes de entrar en política, llega a uno de los puestos más importantes del Gobierno y a un Ministerio famosamente complicado de gestionar. Theresa May, que ocupó el cargo seis años, constituye una excepción en un departamento que ha visto un inusual número de ministros dimitir por errores en la gestión.
Manejar la crisis desatada tras el escándalo de la generación Windrush, por el que la primera ministra tuvo que pedir perdón a una docena de líderes caribeños en la pasada cumbre de la Commonwealth, será una de las prioridades del nuevo ministro. Como lo serán también el conjunto de las políticas de inmigración, el precupante auge de los ataques con armas blancas y la siempre presente amenaza terrorista.
La cartera que deja Javid será recogida por el exministro para Irlanda del Norte, James Brokenshire, que abandonó su cargo en enero para extirparse un tumor de un pulmón. Se trata de un viejo aiado de Theresa May, que ya trabajó con ella en el Home Office desde 2014.
La crisis del Gobierno supone un nuevo golpe a la primera ministra, a solo tres días de unas elecciones locales en las que corre el peligro de perder poder municipal, particularmente en Londres. Con Rudd, son cuatro los ministros que Theresa May ha perdido en solo seis meses. Sin olvidar la mayoría absoluta que también perdió hace menos de un año.
Los miembros del Gobierno han cerrado filas alrededor de Theresa May este lunes. Defienden que la ministra dimitió por haber “engañado involuntariamente” al Parlamento —negó en la Cámara que hubiera objetivos cuantitativos de deportación de inmigrantes, antes de demostrarse que sí los hubo— y no por el escándalo Windrush en sí mismo. Dicho escándalo deriva de las políticas de “ambiente hostil” que introdujo Theresa May en sus años en el Home Office para reducir el número de inmigrantes en situación irregular.