En 1989, un ayatola pidió la muerte del escritor por su libro “Los versos satánicos”
-Después de los trágicos hechos de París, percibí una reacción positiva de parte de musulmanes y no musulmanes, nunca antes vista. ¿Usted cree que llegamos verdaderamente a un punto decisivo, en el cual la humanidad ya no puede soportar esto?
-Bueno, espero que sí. Pensemos sólo, por ejemplo, en el grupo hacker Anonymus, que declaró la guerra a los jihadistas y a todos sus sitios que logren detectar. También los hackers están del bando de la paz. Pero, aparte de esto, estoy de acuerdo con usted. Justamente Nasrallah, el líder de Hezbollah en Líbano, declaró que los asesinos de París ofendieron el islam más que las caricaturas de Charlie Hebdo. Y pensemos que apenas hace unos años, el mismo Nasrallah dijo que si yo fuese asesinado por mis libros, entonces los caricaturistas daneses no hubiesen dibujado nunca aquellas representaciones “blasfemas”. Entonces, Nasrallah tiene ahora posiciones más moderadas. Por otro lado, pensemos en Irán, que exhortó a luchar contra el terrorismo. Esto significa que algo se está moviendo.
–Sin embargo el mundo desde el 11 de septiembre de 2001 se ve cada vez más afectado por el extremismo islámico. Pensemos en EI, en el grupo nigeriano Boko Haram, o en los últimos atentados en Pakistán, o en Canadá y tantos otros sitios. O por otro lado, pensemos en Arabia Saudita, que en los últimos días condenó a un joven bloguero a 1000 latigazos, o en el presidente turco Erdogan, que afirma que las mujeres no son iguales a los hombres. ¿Hay una misma raíz enferma en todo esto?
-Ciertamente, ha ocurrido una mutación en el islam que exalta la muerte. Pero esta no es una mutación casual. Al contrario, es el fruto de la mente de muchas personas y del gobierno, sea sunita, como el de Arabia Saudita, sea chiíta, como el de Irán, que en los últimos años han invertido una montaña de dinero para que a las mezquitas y las escuelas islámicas de todo el mundo llegasen predicadores extremistas con el objetivo de exaltar la jihad y el odio. Todo esto, para alejar a los jóvenes y a los fieles de otras formas de cultura y educación, como ya vimos en la masacre en la escuela de Peshawar, en Pakistán, poco antes de Navidad. No casualmente el nombre de Boko Haram, la organización extremista islámica, significa literalmente “la educación es impura”. Éste es el punto. La amenaza que yo recibí por mi novela Los versos satánicos es apenas una parte pequeña de la verdadera cuestión, que es una sola: estamos frente a un proyecto y a una ideología común de los extremistas, desde los talibanes hasta Estado Islámico, pasando por Boko Haram y AShabaab en Somalia, y que tienen un solo objetivo: apropiarse del islam y del mundo islámico.
-La enorme mayoría de los musulmanes nunca cometería actos de este tipo. Sin embargo, existen ideas comunes nocivas que afectan a todo el mundo, como la discriminación de las mujeres y los extremismos.
-Esto no es del todo cierto. Y lo dice alguien que, después de lo que pasó, no es la persona indicada para defender el islam. Siempre se dice que los musulmanes moderados deberían hacer escuchar su voz y disociarse de manera más enfática de los actos de terrorismo. Mire, en mi opinión, lo que vimos en Francia los últimos días es una enorme demostración de todo esto. En todos los países, los musulmanes condenaron duramente el terrorismo, al grito de “No en mi nombre, nosotros somos franceses”. Y esto es innegable.
-Sin embargo, en Europa, en Alemania por ejemplo, tiene éxito un movimiento como Pegida, que quiere combatir “la islamización de Occidente”. En Inglaterra, un imán sostiene que el objetivo es ver a todas las mujeres británicas con burkas..
-Ese iman es sólo una caricatura… La única cosa que podemos hacer nosotros contra estos fenómenos es no retroceder ni un sólo centímetro en confrontarlos. Porque ya escucho a los que dicen “sí, la libertad de expresión, pero…”. Eso no tiene que ocurrir.
-Sin embargo, está ocurriendo: el diario inglés Financial Times, hace unos días, definió directamente como “estúpido” el comportamiento de los dibujantes de Charlie Hebdo.
-Es esto lo que debemos evitar. El Financial Times y muchos otros no comprenden la función indispensable de la sátira y las caricaturas, y también de las novelas. Por eso no debemos retroceder. En el islam hoy tenemos grupos peligrosísimos que pretenden llevar al mundo atrás en el tiempo, que creen que la sociedad perfecta es la de Mahoma, en el siglo VII, que quieren detener el curso de la Historia. El problema de estos extremistas es justamente la Historia. Que, a pesar de ellos, va hacia delante, del mismo modo que la evolución humana.