Termina la campaña, pero la lucha continúa”, afirma el senador, hasta hace mes y medio favorito a la nominación presidencial demócrata.
“Viendo cómo la crisis [del coronavirus] sacude al país, mi conciencia no me permite seguir adelante con una campaña que no puedo ganar y que puede interferir con el importante esfuerzo que este difícil momento requiere de todos nosotros”, ha anunciado el senador Bernie Sanders en un mensaje por vídeo en el que ha confirmado la suspensión de una carrera presidencial en la que hasta hace mes y medio gozaba del estatus de favorito. El camino queda ahora libre para el exvicepresidente Joe Biden, que tras un decepcionante estreno resucitó políticamente con su victoria en Carolina del Sur el pasado 29 de febrero y la retirada días después de todos sus rivales del ala centrista del partido, cuya división facilitó el fulgurante pero breve ascenso de Sanders.
“Termina la campaña, pero la lucha continúa”, ha dicho el senador por Vermont, de 78 años, devolviendo a los titulares de los medios de comunicación una competición electoral que ha caído en el olvido para la mayoría de estadounidenses a la luz de la crisis del coronavirus.
Aunque numéricamente aún era posible, en términos políticos hace semanas que era evidente que Sanders ya no podía hacerse con la nominación. Como hizo en el 2016 frente a Hillary Clinton, había decidido permanecer en las primarias para tratar de influir en la agenda de Biden, de 77 años, para que incorpore algunas de sus propuestas de corte progresista. Su retirada en un momento más temprano de la carrera que entonces y su mejor relación personal con Biden, ayudará a unificar la campaña demócrata para impedir un segundo mandato del presidente Donald Trump, que actualmente goza del monopolio informativo con sus intervenciones diarias en televisión sobre el coronavirus.
Sanders ha llamado a sus seguidores a trabajar con Biden para vencer a Trump, “el presidente más peligroso de la historia de América”, como decía en todos sus mítines. Las elecciones celebradas ayer en Wisconsin, sin embargo, no serán las últimas en las que los votantes demócratas verán su nombre escrito en la papeleta, ha matizado el senador. Su objetivo no es ganar es seguir acumulando delegados para tener “una voz fuerte” e influir en la convención que este verano tiene previsto celebrar el Partido Demócrata para proclamar a su candidato presidencial y pronunciarse sobre algunos cambios en el proceso de selección que la campaña de Sanders quiere ver consolidados.